22-12-2014

La UNIÓ de Llauradors señala que la atípica climatología de estos últimos
meses, (altas temperaturas y falta de lluvia) ha provocado un retraso en la maduración de los cítricos en las zonas productoras de Alicante, sobre todo en el limón. Por este motivo, se observa “que en la actual campaña no hay apenas tratos comerciales”, asegura José Manuel Pamies, responsable de cítricos de LA  UNIÓ en Alicante.
La ausencia de lluvias y las altas temperaturas de los últimos meses, ha provocado que “el limón no
consiguiera el calibre deseado hasta que comenzó a llover, y todo ha ido retrasándose”. En estos
momentos la campaña se encuentre parada: “ni hay cortes ni hay exportación, puesto que, al parecer, el mercado se encuentra abastecido todavía”, explica Pamies.
No obstante, el limón goza de una calidad “extraordinaria”. “Ahora, hay mucho limón de la variedad fino , que este año se ha juntado con otra variedad más temprana que se ha retrasado y no puede salir todo a la vez”. Por ello, los agricultores “están nerviosos y preocupados”, porque “se han acumulado muchas toneladas de limón y todavía no hay suficientes ventas, y, si las hay, son a un precio irrisorio que no vale la pena”. José Manuel Pamies considera que “estamos atravesando un momento complicado y es preciso no desesperar y dejar pasar estos días festivos que vienen para ver cómo reacciona después el mercado”.
A todo ello, se le suma otra circunstancia. Y es la fuerte discriminación que sufren los citricultores
españoles en relación con Turquía. Se trata de un país con una alta tasa de consumo del limón, “pero no tienen el suficiente como para abastecer a toda su población y al turismo que reciben en los meses de primavera y verano”, comenta Pamies. Por ello, suelen comprar limones españoles. El problema es que “nos exigen unos aranceles muy altos, del 54%, aumentando nuestros costes una barbaridad”. Además, “el Gobierno turco subvenciona a los productores de limón de manera encubierta e ilegal con unos 120 dólares/tonelada, por lo que nos resulta muy difícil competir en estas circunstancias”.
Allí, “ahora se están cogiendo ya los últimos limones”. Para conservarlos, “los meten en cuevas durante varios meses y los venden en primavera”. Se trata de unos limones viejos y con un apariencia mucho más deteriorada que los españoles, “pero mientras tengan producto suyo, no compran los nuestros”.
Ante esta situación, LA UNIÓ “ha planteado en numerosas ocasiones esta queja a la Unión Europea para instarle a buscar una solución, pero nunca hemos obtenido una respuesta al respecto”. LA UNIÓ considera necesario “que la Comunidad Europea intervenga y paralice las ventajas que disfruta Turquía”.
Por otro lado, “los limones se han quedado fuera de las ayudas a la retirada de productos como
consecuencia del veto de Rusia, por lo que se han presentado numerosos problemas a los agricultores
alicantinos”.