La asociación de vecinos “San Miguel Arcángel” de San Miguel de Salinas ha creado una comisión de apoyo a la familia del niño diabético Álvaro Torres porque considera que los niños diabéticos son los grandes marginados del sistema educativo. Otros niños con discapacidad cuentan con recursos y personal de apoyo durante su escolarización; pero no es el caso de los niños diabéticos, que a pesar de ser considerados enfermos crónicos y de precisar atención sanitaria, son abandonados totalmente a su suerte.
Álvaro es un niño de 6 años de edad, que padece un complejo caso de diabetes mellitus todavía sin filiar. Esta enfermedad, considerada crónica, requiere una atención sanitaria específica en el colegio por personal sanitario dado que el niño, por su edad, carece de autonomía a la hora de la toma de decisiones sobre el devenir de su enfermedad. La ausencia de atención sanitaria provoca que el niño no pueda asistir con regularidad al colegio, ni acceder al comedor, ni participar en las actividades extraescolares ni realizar las clases de gimnasia con las debidas garantías.
La legislación vigente en nuestra comunidad establece que las Consellerías de Educación y Sanidad son las encargadas de la integración en el medio escolar de los menores con enfermedades crónicas; sin embargo, al no asumir su responsabilidad, trasladan el problema a la familia a quien responsabilizan del devenir de la enfermedad en el colegio. La familia tiene que estar en estado de guardia permanente para asistir a la escuela cuando se le requiera. Se le coloca en la disyuntiva de elegir entre el trabajo o la salud del niño.
La asociación de vecinos reprueba la falta de humanidad de las administraciones públicas ante el drama, que supone la irrupción de una enfermedad como ésta en el seno de la familia. Asimismo, urge soluciones rápidas e inmediatas porque, día a día, se pone en riesgo la vida de un niño.
La asociación de vecinos “San Miguel Arcángel” de San Miguel de Salinas ha creado una comisión de apoyo a la familia del niño diabético Álvaro Torres porque considera que los niños diabéticos son los grandes marginados del sistema educativo. Otros niños con discapacidad cuentan con recursos y personal de apoyo durante su escolarización; pero no es el caso de los niños diabéticos, que a pesar de ser considerados enfermos crónicos y de precisar atención sanitaria, son abandonados totalmente a su suerte.