– Esta superficie corresponde a la elección de un total de 3.201 agricultores por esta modalidad de cultivo basada en la obtención de productos agrícolas de calidad y saludables para el consumidor

VALENCIA 27-08-2014

 La superficie cultivada mediante técnicas de producción integrada en la Comunitat Valenciana asciende en 2014 a un total de 32.175 hectáreas, según las cifras de la Conselleria de Presidencia y Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua.

Esta superficie corresponde a la elección de un total de 3.201 titulares de explotaciones de nuestro territorio por esta modalidad de cultivo basada en la obtención de productos agrícolas de calidad y saludables para el consumidor, mediante el empleo de prácticas de cultivo y control de plagas basadas en procesos biológicos, lo que reduce su incidencia en el medio ambiente.

Por productos, el sector con mayor relevancia en cuanto a superficie cultivada mediante técnicas de producción integrada es el de los cítricos, con 2.565 agricultores y 23.372 hectáreas.

A continuación, cabe destacar la implantación de la producción integrada en el cultivo de la vid. En este caso, el número de agricultores adscritos es de 636, que representan una superficie de 8.803 hectáreas.

Este modelo utiliza métodos que tienen en cuenta la rentabilidad del cultivo y la protección del medio ambiente; de ahí que se busque disminuir el uso de productos químicos e incorporar técnicas de lucha integrada para la prevención y control de plagas y enfermedades.

Además de los cítricos y la vid, la producción integrada también se desarrolla en el cultivo del níspero, olivar, arroz, tomate, pimiento, brásicas y melón.

La producción integrada nació con el fin de conseguir una agricultura rentable y con productos de calidad y al mismo tiempo lo más respetuosa posible del medio ambiente. Se define como “un sistema agrícola de producción de alimentos que utiliza al máximo los recursos y los mecanismos de regulación naturales y asegura a largo plazo una agricultura viable. En ella los métodos biológicos, químicos y otras técnicas son cuidadosamente elegidos y equilibrados, teniendo en cuenta la protección del medio ambiente, la rentabilidad y las exigencias sociales” (OILB, 1993).

Es un concepto más amplio que la lucha contra los problemas fitosanitarios o “protección integrada”, ya que integra todas las prácticas culturales a realizar en el cultivo, como preparación del terreno, plantación, fertilización, riego, labores culturales, poda, etc., con la lucha contra plagas y enfermedades. De este modo, se pretende limitar los efectos de estas, y mantenerlas en unos umbrales aceptables para el cultivo en cuestión. Asimismo, con este sistema de cultivo se fomenta la sostenibilidad de las explotaciones agrícolas.