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LOS REYES DEL TRIPLE

De éxito en éxito hasta la derrota final. Hasta en eso somos originales. Y ya, parece, estamos cerca de ese precipicio. Solo un empujoncito nos separa del gran salto. Lo que faltaba. La Comunidad Valenciana ahora, también, en el ojo del huracán de los contadores de cuentos –de malos cuentos- de la Unión Europea. Cuentas falseadas, déficit oculto, facturas en los cajones. Veinte años de navegación para llegar exhaustos al final de la travesía y ver que la herencia era solo deudas e impostores. Sobre todo impostores con nombres y apellidos: Zaplana y Camps.

Llegados aquí habría que preguntarse –otra vez- si alguien pagará por los desperfectos y el oprobio. Pero que nadie espere respuestas. Ya no. Nuestro pasado nos persigue, como las sombras persiguen a los vivos. Y todavía, se supone, estamos vivos. Nada que ver con los años en que éramos felices, los más felices.

¿Se acuerdan? Tiempos en los que esta hermosa y maltratada tierra fue reconvertida en un gran plató y un gigantesco escenario donde se rodaron films como, ya saben, El Dorado Español, de Francisco Camps. ¿Recuerdan el personaje? El de los trajes estrafalarios, el hombre que entre viaje de ida y vuelta a Florida para entrevistarse con vendedores de humo, nos hablaba de riquezas sin fin; tiempos también del rodaje de Tierra de las Oportunidades de un talEduardo Zaplana, hoy fuera de foco y ocupado –es de creer- en fabricar nuevos productos para vendernos nuevas telefónicas.

Son éstos dos personajes, sus voces, sus ecos, sus imágenes, los que, hoy más que nunca, hay que traer a la memoria para ser justos con ellos y con su tramoya. Tiempos aquellos en los que las pocas voces que se atrevieron a cuestionar siquiera las formas, el decorado, el tamaño del sueño, fueron aplastadas como se aplastan las cucarachas al amanecer, barridas con rabia como se barren los restos de una tormenta de barro y granizo tras de cada gota fría del otoño en este trozo de mediterráneo.

No era difícil adivinar este final tan triste sino fuera al tiempo tan trágico. Este The end tenebroso y oscuro, este presente de arenas movedizas y cenagosas en el que ya nada parece posible, donde solo habita el dolor y la rabia. Si pensamos en el decorado cartón piedraque lo sustentó todo, lo normal era esto. Que ocurriera justo esto mismo. Que Europa entera nos señale ahora con el dedo acusador de falsarios y bandoleros, y no sé si por este orden, es lo menos que nos podía pasar.

Recontando algunos de los enseres ya inservibles, cadáveres en medio del desierto y la nada que heredamos, viendo los esqueletos roídos por los gusanos de las deudas y la corrupción que nos han acompañado hasta aquí, recordando los nombres de Terra MíticaEmarsaCalatrava & cíaCiudad de la LuzCAM yBancajaBrugal y Gürtel, VaersaRTVVFórmula I… la lista es larga, sombría, interminable, dinero y más dinero tirado por el sumidero de aeropuertos sin aviones, de compra-venta de conciencias, de clientelismo, de opacidad, de silencio cómplice, si pensamos en todo eso casi coincidiremos que no era posible otro final.

Al fin y al cabo podemos sentirnos orgullosos: hemos hecho honor a lo que siempre, dicen algunos, fue esta tierra. Reyes del trile y del ocultamiento. Habrá que estar atentos a la nueva partida. Porque, que nadie dude, la partida continuará. En algún chamizo infecto, entre tinieblas, ya se está escribiendo el nuevo guión. El mal nunca descansa. No aquíZaplana, Camps y tantos otros aduladores que le acompañaron durante tanto tiempo, fueron solo su penúltima reencarnación. En twitter @plopez58