TORREVIEJA 02-07-2014

Los Verdes se han dirigido al Alcalde de Torrevieja pidiendo que atienda a la Defensora del Pueblo,  facilitándole la información y documentación que le viene requiriendo sobre la situación de la Urbanización de la Torreta II como consecuencia de las denuncias presentadas por los vecinos.

 Como viene siendo habitual, el Alcalde de Torrevieja sigue retrasando la contestación a las peticiones de la institución del Defensor del Pueblo, dilatando en el tiempo la resolución de las quejas planteadas, sin dar solución a los problemas que originan las reclamaciones vecinales.

 El no haberse ejecutado la formalización de la cesión de determinadas parcelas y espacios de uso público, vuelve a ser uno de los problemas que complica la vida a los residentes de esta urbanización, que al igual que sucede en la Torreta I y III, viene hipotecando parte de la gestión de todas estas urbanizaciones situadas a escasos metros de la orilla este de la laguna salinera de Torrevieja.

 El hecho de que el Ayuntamiento no exigiera en su día la cesión de estos espacios comunitarios de uso público ha generado una situación de inseguridad jurídica y de conflicto de intereses, puesto que al no ser  propiedad de los titulares de las viviendas ni del Ayuntamiento, manteniéndose todavía la titularidad del urbanizador, tendría que ser éste el que acometiera su mantenimiento, limpieza y conservación, pero al no hacerlo, dichos espacios se encuentran en una situación de limbo legal.

 El Ayuntamiento no puede ahora exigir a los vecinos que sean ellos los responsables de su mantenimiento, exigiendo que se constituyan en comunidad de propietarios para gestionar dichos terrenos, descargando así su responsabilidad por no haber exigido en su momento la cesión al urbanizador.  

 Desde Los Verdes consideramos que el Ayuntamiento de Torrevieja tiene que asumir el dar una solución definitiva a este viejo problema que se arrastra desde la década de los ochenta y que está originando que las urbanizaciones de las Torretas estén sufriendo un permanente abandono y degradación, que como siempre sufren sus vecinos con el deterioro de su calidad de vida.