Foto:E.de Gea
Foto:E.de Gea

La potente industria láctea de capital francés instalada en España sigue dominando el mercado

30 de julio de 2014.

 Las importaciones masivas de leche desnatada barata por parte de la industria francesa han provocado un descenso del precio de la leche en los últimos meses para nuestros ganaderos, según señala LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders.

Los ganaderos de vacuno hace unos meses que cobran la leche a 0,38 €/litro, por debajo de los costes de producción, por esas importaciones de la industria francesa instalada en España y que sirven de excusa para arrastrar a la baja nuestros precios en origen.

La industria láctea de capital francés instalada en España, con una cuota de transformación y de mercado muy importante, sigue utilizando las voluminosas importaciones de leche desnatada a bajo coste para deteriorar el mercado español y justificar una bajada de precios a los ganaderos españoles y valencianos.

Dicha mercancía, procedente sobre todo de Francia y también de Alemania, se sitúa en España a un precio que ronda los 0,18 €/litro porque es derivado resultante de la producción para mantequillas y natas que son base de la cocina del norte de Europa.

 “Es injustificable que los 6,5 millones de toneladas que producen los ganaderos españoles de leche de muy alta calidad se vean arrastrados a la baja por este tipo de prácticas de la industria de capital francés cuyas consecuencias sobre el recorte de precios son inmediatamente imitadas por la industria nacional”, señalan productores de vacuno de leche de LA UNIÓ.

 Según estudios del Ministerio de Agricultura, los costes de producción del sector se sitúan en 0,42 €/litro; lo que ha hecho que en estos meses el precio pagado al ganadero de 0,38 €/litro se haya colocado por debajo de los mismos.

 “La Ley de la Cadena Alimentaria no está funcionando porque no tiene instrumentos para corregir este tipo de situaciones. Existen contratos pero la industria los redacta y pone el precio unilateralmente porque no hay elementos en la Ley que hayan restado ni un ápice la posición de dominio de la industria, ni reforzado la de los productores”, insisten.

Cabe lamentar que los esfuerzos de los ganaderos y, en general, de los productores para ofrecer a los consumidores unos alimentos seguros, de calidad y producidos en términos sostenibles, se vean arruinados por la competencia de productos importados que no cumplen esos mismos estándares.

Por ello LA UNIÓ apuesta porque se tomen medidas al respecto y eviten esta entrada masiva de leche francesa de baja calidad, “que contemplamos sin poder hacer nada, mientras que ellos impunemente nos tiran los camiones de fruta para que no compitamos con sus productos”, lamentan los ganaderos de LA UNIÓ.

Si la Ley de la Cadena Alimentaria no sirve realmente para reequilibrar las posiciones y los márgenes en cada eslabón, en un próximo mercado sin cuotas lácteas muchos ganaderos van camino de desaparecer porque la producción acabará concentrándose, no donde sea bueno para mantener el tejido rural y la actividad económica y el empleo, sino exclusivamente donde sea mejor para la cuenta de resultados de la industria.