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VALENCIA 28-05-2014

La conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ya está trabajando en la elaboración de un protocolo de comunicación de daños en cultivos agrícolas por acción del conejo de monte que va a permitir actuar con mayor rapidez ante la previsión o aparición de daños significativos causados por esta especie.

El protocolo que establece vías eficaces de comunicación entre agricultores y los titulares de los espacios cinegéticos, desarrollará y simplificará el procedimiento de comunicación de daños y de ejecución de actuaciones de control, aclarando las funciones y las responsabilidades de todos los agentes implicados.

“Esta es una de las medidas que desde el Consell se van a poner en marcha para minimizar en lo posible los daños que la población de fauna salvaje pueda causar en cultivos e infraestructuras”, según ha confirmado la consellera Isabel Bonig

Bonig ha realizado estas declaraciones tras la constitución de la Comisión de seguimiento de daños provocados por la fauna salvaje. Una Comisión que está formada por representantes de las consellerias de Presidencia, Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, por la de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, que alternarán la presidencia de la Comisión, por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, así como por miembros de la Federación de Caza, de los principales sindicatos agrarios y de Delegación de Gobierno.

“Es decir -ha significado la consellera- en esta Comisión se encuentran representados todos los actores implicados con lo que se agilizará la comunicación tanto para los problemas como para aportar posibles soluciones. Se llevará a cabo un seguimiento de los daños que las poblaciones de determinadas especies, principalmente el conejo, causa en algunos cultivos y se buscará el consenso para poner en marcha las medidas necesarias”.

Además del protocolo de comunicación de daños, en la próxima orden de vedas para la temporada 2014-2015 se contempla una reducción para el cálculo de rentas cinegéticas para algunas de las especies que generan los daños.

Por otro lado, se van a continuar con las actuaciones de control en los barrancos, ya que se trata de uno de los vectores de transmisión de las especies generadoras de los daños. El objetivo es eliminar o reducir la vegetación de aquellos enclaves en los que la propia vegetación facilita un incremento de los daños. Durante el año 2012 se actuó en 85.000 m2.

Otra de las medidas previstas para minimizar el daño que causa la fauna salvaje, principalmente el conejo de monte, es la generalización de una técnica experimental como es el empleo de pasos trampas. El estudio que se encuentra en marcha, en colaboración de ADIF, en un tramo del AVE en Utiel-Requena, pero con muy buenos resultados.

El objetivo de esta actuación es desarrollar un sistema de control de las poblaciones de conejo y minimización de daños que, sin utilización de armas de fuego, pueda ser empleado de forma eficaz en las zonas de seguridad de las infraestructuras.

Asimismo, dentro de las nuevas líneas de experimentación se va a fomentar el empleo de depredadores específicos como el Búho Real y se van a estudiar la viabilidad de nuevas técnicas de protección, como el uso del pastor eléctrico adaptado a pequeños mamíferos.

Daños en agricultura y accidentes de tráfico

Entre las principales especies generadoras de daños en la Comunitat Valenciana destaca el conejo de monte, que causa daños especialmente en cultivos de cereal y vid. Pero los daños generados no se limitan únicamente a aquellos producidos sobre el material vegetal y frutos que les sirven de alimento, sino que también afectan a las
infraestructuras asociadas a las tierras de labranza, como pueden ser los desperfectos provocados sobre las gomas o sistemas de riego en la búsqueda de agua o en los ribazos con la creación de los cados.

El jabalí es otra de las especies que más daños están causando. La afección generada por el Jabalí tiene una doble vertiente: por una parte los daños directos sobre los cultivos a los que acude a alimentarse desde las zonas forestales en que se refugia (principalmente siembras de cereal y leguminosas, aunque también hortalizas y otras plantaciones jóvenes de frutales); y por otra se encuentra la problemática asociada a la seguridad vial cuando ésta se ve comprometida por la presencia de individuos de esta especie cruzando las calzadas.

Con la expansión que ha experimentado esta especie en los últimos años, los accidentes de tráfico en los que interviene la presencia de jabalí se han incrementado de forma considerable, hasta llegar a cifras en torno a los 200 accidentes anuales.