“EL AZARBE DE FAVANELLA Y LA HUERTA DELA VEGA BAJA”. Por Eugenio Marco Tristan
Te adjunto un artículo para tu revista, que lleva por título: El azarbe de Favanella (Abanilla). También te adjunto dos fotografías: una es del azarbe en cuestión, a su paso por Catral.; la otra es de dos personas de Abanilla, que viven en Catral, que son los familiares de mi mujer. El anciano es Juan Riquelme Sebastián (tío de mi mujer), que le conocen en Catral por “Juan el del chalé” y ella es su hija Vicenta. Para mayor ilustración de este artículo, tienes que escanear de la página 251 la figura nº 76, del libro de los regadíos medievales, que es donde se refleja el trazado de la acequia mayor de Callosa-Catral, de poniente a saliente y, al sur, el trazado del azarbe de Abanilla. Saludos
ABANILLA 30-05-2016

La desembocadura natural del río Chícamo al Segura se efectúa por su margen izquierda, en Orihuela, en el paraje conocido por El Escorratel. En las descripciones más antiguas que se conocen de la época medieval, se le llamaba el río-rambla de Favanella. Pero dado que al traspasar nuestro término municipal no llevaba ningún caudal de agua constante, también se le denominó como rambla de Abanilla-Benferri. Desde remotos tiempos, quizá por los árabes, las aguas de sus avenidas se aprovecharon para regar los terrenos lindantes a sus márgenes. En La Matanza y Benferri por medio del sistema de captación de boqueras yuxtapuestas, atajando casi en su totalidad las aguas por medio del paredón construido solidamente en el s. XVIII, que las encauzaba para irrigar los campos de Benferri, Cox, Redován y la zona noroccidental de la sierra de Callosa. Con este encauzamiento desde dicho paredón se evitaban los destrozos causados en Orihuela por las riadas, salvo aquellas en que el caudal circulante sobrepasaba en mucho su capacidad de avenamiento, en cuyo caso era inevitable la inundación de Orihuela y los pueblos ya citados, por lo que en Cox tuvieron que construir un dique terrero, la mota, porque de lo contrario las aguas seguían su cauce natural hacia La Granja de Rocamora y Albatera. Según el estudio realizado por R. Moñino, desde 1545 a 1879 hubo 136 riadas en la Vega Baja, que inundaron y causaron destrozos de mayor o menor consideración, agravados en la mayoría de ocasiones cuando las ramblas de Santomera y Abanilla, y el Guadalentín, aportaban grandes caudales a los que el Segura ya traía. De triste recuerdo son la riada que en el s. XVI destruyó la población de Benferri, la del 27 de septiembre de 1947, que destruyó parte del cementerio de Benferri; incluso la del 2 al 6 de noviembre de 1987, que a pesar de estar ya el Chícamo desviado al pantano de Santomera, desde el paraje del Paúl, en Abanilla, se inundaron Cox, Redován, La Campaneta y el Escorratel.
