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LA HERENCIA URBANÍSTICA DEL ALCALDE DE ALMORADÍ.

Por José González (IU Almoradí)

ALMORADI 31-03-2015

El actual alcalde de Almoradí, como ya anunció públicamente y lo viene repitiendo en todos los actos a los que asiste, se va. Se va pero no se resiste, quizá fruto de su desconfianza en que los sucesores “lo hagan bien”, a dejarlo todo, al menos en el terreno urbanístico, “atado y bien atado”, como quiso hacer alguien con España en los tiempos inmediatamente anteriores a la transición democrática. Por eso el proyecto, que actualmente está en exposición pública, recoge de una u otra forma, todas las ofertas de suelo que en su día fueron rechazadas por la conselleria correspondiente, de su propio partido, por considerar injustificable la inclusión de 20 millones de metros cuadrados del primitivo proyecto, que en la primera rebaja se quedó en algo menos y que, aún así, siguió siendo rechazada por los mismos motivos: bolsas dispersas, alejadas del casco urbano … además del intento de convertir en zona urbana la parte más inundable del término municipal, lo cual fue igualmente rechazado por el mismo organismo gubernamental. Pues bien, ante la imposibilidad de mantener el proyecto tal cual lo imaginó, el nuevo documento recoge una ampliación del casco urbano que, en principio, sería aceptable; una remodelación del sector de El Saladar, inaceptable para nosotros, en el que además de mantener el centro comercial (aunque hunda el comercio local), ha elevado la altura máxima de los futuros edificios hasta los 20 metros, seguramente para compensar los recortes de suelo que ha tenido que hacer en la zona que, recordemos es la de mayor inundabilidad del término, y que supera con creces lo permitido en el casco urbano; el desplazamiento hacia otras zonas de primitivas bolsas de suelo cercanas al pueblo (como El Gabato), sin explicación alguna y, por último, calificando como suelo de reserva todo lo que figuraba como suelo urbanizable en el primitivo proyecto (bolsas aisladas del campo) y aquí, por decisión de la conselleria de territorio y vivienda, no lo ha podido poner. Es este por lo tanto un suelo que en el futuro, caso de que se necesitara ampliar el PGOU, tendría preferencia sobre cualquier otro para ser suelo urbanizable.
Cabría pensar que este empeño en dejar el futuro urbanístico “atado y bien atado” responde a un interés previsor, de que el crecimiento del pueblo no se viera constreñido en modo alguno por la falta de suelo, si no fuera porque en Almoradí tenemos actualmente más de 1500 viviendas vacías, amén de suelo ya clasificado que cubriría la posible demanda durante un largo periodo de tiempo. Más bien parece fruto de un acuerdo con las empresas y/o particulares que en su día propusieron al ayuntamiento la inclusión de esas bolsas de suelo en el PGOU con el que, ya que no se ha podido hacer ahora, os colocamos en el primer puesto de salida de cara al futuro. No nos parece muy ético y no vemos en qué beneficia al pueblo, hurtar la capacidad de decidir, desde el urbanismo, el futuro Almoradí a las nuevas generaciones. En izquierda unida apostamos desde el principio por un desarrollo compacto alrededor del actual casco urbano como modelo más sostenible de ocupación del suelo y nos opusimos a todo lo que en el proyecto creemos que tiene un tinte claramente especulativo y, en ese sentido, vamos a presentar de nuevo alegaciones y las vamos a poner además en manos de la ciudadanía para que quienes quieran se manifiesten en contra de las sinrazones que contiene el documento.