El concejal de Medio Ambiente, Juan Ortiz, consensua con tres colectivos las soluciones posibles a esta superpoblación
Las quejas vecinales impulsan al consistorio a realizar actuaciones en el control de animales abandonados
El Ayuntamiento recuerda que se aprobó una ordenanza municipal que prohíbe alimentar a los animales en la calle
Guardamar del Segura, 15 de julio
Desde la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Guardamar del Segura, en colaboración con tres asociaciones de protección de animales de la provincia de Alicante, va a impulsar un protocolo de actuación que haga sostenible la superpoblación de gatos abandonados en el municipio.
En Guardamar existe, al igual que en otras localidades, una importante colonia de estos animales abandonados, que causan constantemente molestias a los vecinos tanto en el casco urbano como en las urbanizaciones. Y para evitar esas molestias y en cumplimiento de la normativa, la Policía Local avisará a la empresa de recogida de animales Cereco, tal y como refleja el convenio entre ambas entidades.
Y por ese motivo, desde el Ayuntamiento se quiere concienciar a la población de que está prohibida la alimentación de estos animales, normativa que aparece en la Ordenanza Municipal sobre control y tenencia de animales. Dicha normativa local prohíbe, expresamente -en su capítulo III, sección 1ª artículo 17 apartado 2- alimentar a los animales, concretamente gatos y palomas, bajo sanción económica.
Ante la existencia masiva de gatos, el concejal de Medio Ambiente, Juan Ortiz, ya se ha reunido con tres organizaciones para estudiar y elaborar un proyecto conjunto y consensuado que constituya una solución sostenible, “queremos evitar colonias de animales que pueden acarrear algún problema de salud pública. Respetamos a los animales, y por ese motivo estamos en conversación con asociaciones de protección de animales para buscar soluciones consensuadas. Todas las partes vamos a colaborar y aportar documentación que nos sirva de referencia”.
Desde la concejalía de Medio Ambiente se advierte que el hecho de alimentar a los gatos abandonados en plena calle genera focos de insalubridad cerca de los contenedores, que propician la aparición de pulgas, roedores, cucarachas y otros insectos que pueden afectar a otros animales y mascotas, además de constituir un importante problema de salud pública.