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Las imágenes casi lo dicen todo: dos matones de una gran superficie comercial de Torrevieja (Alicante) la emprenden a puñetazos contra una pareja de turistas franceses –ella, casualmente, negra- en presencia de sus dos hijos menores acusándolos de un presunto robo que, al parecer, no habrían cometido.

El atrevimiento y valentía de uno de los hijos al grabar con el móvilla escena del crimen ha logrado el milagro: que nos enteremos de cómo actúan estos armarios. (Ver imágenes e información completa de la noticia en este enlace).

A la luz de estos hechos cabe hacerse algunas preguntas. Una primera esque si estas cosas suceden con la actual legislación, qué campo minado y qué grado de indefensión de los ciudadanos no se abrirá con la Ley Mordaza del ministro Alberto Fernández Diez que dota a este personal de seguridad privada de facultades de agentes de la Ley y retira en parte la tutela judicial ahora existente para casos de enfrentamiento con los agentes.

La segunda cuestión es acerca de si es cierto que lamodificaciones sobre la competencias de la vigilancia privada introducidas de rondón por el grupo popular en el Senado obedecen a las presiones de algunas grandes superficies como Carrefour, Mercadona, etc. como apuntan algunas informaciones que circulan por internet y para poder hacer frente a lo que ellos consideran una oleada de robos en sus empresas consecuencia, en parte, de la situación de exclusión social propiciada por las politicas gubernamentales.

Y la tercera es más simple pero no menos relevante. Si no existieran las imágenes que hemos visto, ¿quién creería a esta familia?¿Quiere esto decir que a partir de ahora, cuando vayamos a un supermercado deberemos procurarnos un guardaespaldas para que deje constancia de lo que allí ocurre si un vigilante le parece que tenemos cara de llevarnos los productos sin pagar?

Son sólo tres preguntas y podrían ser muchas más, pero el listado de interrogantes que se abren con la legislación al caer pone los pelos de punta y nos interroga si no caminamos paso firme y seguro hacia un estado policial donde los ciudadanos son (somos) culpables mientras no se demuestre lo contrario. En twitter @plopez58