-El yacimiento excavado es el cabezo Pequeño de Estaño, el único poblado con murallas de casamatas de origen fenicio de la Península Ibérica

-En Guardamar se sitúan los tres únicos enclaves fenicios conocidos en la Comunidad Valenciana

TEXTO Y FOTOS EDUARDO DE GEA

GUARDAMAR DEL SEGURA 09-07-2018

Año 740 antes de Cristo (a.C.). Un terremoto  no superior  a los 6 grados en la escala Richter  destruye buena parte del núcleo amurallado y una serie de espacios públicos y estructuras urbanas conocidas como casamatas, utilizadas para almacenar y tratar cereales, adosadas a la muralla de unos 4,5 metros de altura. Se trata del primer seísmo  conocido en toda España que afectó a una población. El desastre tuvo lugar en el siglo VIII  antes de Cristo en el yacimiento fenicio del Cabezo Pequeño del Estaño localizado en una loma de Guardamar a unos dos kilómetros del actual casco urbano.

Así lo confirman los arqueólogos, Antonio García y Fernando Prados, que acaban de finalizar una nueva excavación en el Estaño donde han podido documentar los efectos del terremoto y fechar las diferentes reestructuraciones desarrolladas en el yacimiento.

El seísmo ocasionó el traslado de la población al conjunto urbano de la Fonteta, otro yacimiento fenicio emplazado en la orilla este de la desembocadura del río Segura. En el Estaño solo quedó un reducido grupo de fenicios dedicado a la transformación de minerales  como plata y plomo, apuntan.

En la Fonteta creció un nuevo asentamiento de unas 10 hectáreas  del que solo hay un 10% excavado y excepcionalmente conservado gracias a que fue cubierto por las arenas de las dunas aportadas por el río Segura.

Estos dos yacimientos y un tercero situado en el castillo son los únicos descubiertos  hasta el momento en la Comunidad Valenciana de época fenicia. “De ahí la importancia de Guardamar a todos los niveles para conocer la cultura fenicia” indica Antonio García.

Los arqueólogos destacan el riesgo sísmico de Guardamar documentado durante siglos. En el año 740 se abandonó el cabezo Pequeño del Estaño. En 1829 la ciudad amurallada de Guardamar también quedó totalmente destruida por otro terremoto, y sus habitantes se asentaron en el actual casco urbano.

Pero además el Cabezo Pequeño del Estaño tiene una importancia “excepcional” ya que  a día de hoy el único poblado con murallas de casamatas de origen fenicio en la Península Ibérica, con una cronología que se remonta al primer tercio del siglo VIII a.C., dentro de la fase arcaica de la colonización fenicia en España, subraya Fernando Prados.

Este yacimiento fue parcialmente destruido por una cantera de extracción de áridos a finales de la década de 1980, mantiene en pie restos de una imponente muralla con más de dos metros de alzado conservados, y diversas estructuras domésticas. “Fue una lastima. Únicamente queda una cuarta parte” apuntan los arqueólogos.

Las investigaciones desarrolladas en los últimos años en el Cabezo del Estaño han sido realizadas por licenciados y alumnos del Máster de Arqueología de la Universidad de Alicante. El promotor de dichos trabajos es el Ayuntamiento de Guardamar, quien, asimismo, también subvenciona los gastos de la actuación arqueológica. Los trabajos arqueológicos se enmarcan en un Proyecto conjunto entre la Universidad de Alicante y el Museo Arqueológico de Guardamar (MAG) en un conjunto que se caracteriza por el desarrollo de una arquitectura de tipo oriental muy avanzada.

El yacimiento arqueológico del Estaño y otro conocido como El Moncayo, con una cronología comprendida desde la época romana a la islámica fueron objeto este sábado de unas jornadas de puertas abiertas para todos los públicos.

En la visita estuvo presente el Alcalde de Guardamar, José Luis Sáez , quien aseguró que con este tipo de iniciativas pretendemos por un lado dar a conocer nuestro pasado mediante los trabajos arqueológicos y por otro, su puesta en valor como un nuevo activo turístico. “Guardamar en un lugar clave para conocer la historia del Mediterráneo  gracias, sobre todo, al milagro de las dunas que cubrieron los asentamientos históricos permitiendo actualmente una conservación  excepcional”, indicó.