Culpan a la administración de dejar la cuenca del Segura sin recursos al vender “de forma vergonzosa e indecente” el agua del regadío tradicional

TEXTO Y FOTOS E-DE GEA

ALMORADI 29-07-2017

 “Y ahora qué” se preguntan los agricultores del regadío tradicional del Bajo Segura. Los embalses de la cuenca del Segura se encuentran al 20% de su capacidad de llenado. Únicamente hay agua para el riego hasta septiembre, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) Miguel Ángel Ródenas afirmó hace unos días que “hay que mirar al cielo” para ver si llueve.

El malestar de los agricultores de la huerta aumenta porque vienen augurando y denunciando la actual situación desde hace varios años. Advirtiendo de ella reunión tras reunión hasta que se ha llegado al momento en que peligra la economía de más de 100.000 regantes del regadío tradicional de 17 juzgados de aguas y sindicatos de riegos de la Vega Baja y Baix Vinalopó subrayan. También está en riesgo la huerta como espacio agroambiental e histórico de interés social, un lugar casi único en toda Europa, según el informe Dobris de la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea. Solo existen siete huertas similares y la de mayor tamaño es la de la Vega Baja con unas 24.000 hectáreas.

Este sobrio panorama quedó plasmado la noche del jueves  en un foro-reunión de los regantes tradicionales celebrado en el salón de actos  del Juzgado de Aguas de Almoradí.

De ella resurgió de nuevo la principal critica hacia la gestión y planificación del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y de  su organismo de cuenca, la CHS: En los últimos dos años se han desviado hacia los campos del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura (Scrats), “cerca de 200 hectómetros cúbicos (Hm3) de recursos propios del Segura, a los que no tienen derecho”. El ministerio argumenta que sí se puede trasvasar esta agua en base al decreto de sequía que unifica todos los regadíos de la cuenca del Segura en uno solo sistema. Hasta esta aprobación la huerta regaba de las aguas acumuladas en sus embalses. El Scrats de las aportaciones del Tajo. Ahora los terrenos del trasvase pueden regar de los dos sitios y los escasos recursos se reparten.

Un decreto  “de dudosa legalidad” según los regantes de la huerta que sí lo consideran “un robo con el resultado de ahora no hay agua para nadie”.

EL AGUA NO SE VENDE

Barrea de pie ,a la derecha

Los agricultores de la huerta se opusieron al desvío de estos caudales hacia el Scrats. Incluso rechazaron venderla. La CHS la vendió y se embolsó varios millones de euros.

“La poca agua embalsada de la cuenca del Segura se ha repartido; una distribución que viola todos nuestros derechos reconocidos por las leyes y que nos ha dejado  bajo mínimos” indican los regantes que denuncian la aptitud del Gobierno valenciano que califican de “inexistente”, a la hora de respaldar ala huerta tradicional, al contrario que pasa con la huerta valenciana.

Los regantes tradicionales estudian ya la creación de una comisión coordinadora de  las comunidades de regantes tradicionales. Su objetivo es lograr un frente común frente a los “ataques continuos” que sufren; tener agua de calidad y suficiente para el riego de sus tierras, y conseguir una estrategia para que la huerta y sus productos sean un valor en alza apoyándose además en el informe Dobris . “Toda la sociedad debe contribuir en conservar la huerta, que sea productiva y rentable para los agricultores y conseguir una gestión del agua en la cuenca del Segura transparente”. “Estamos ante un delito medioambiental y económico; la huerta sufre una muerte lenta, por lo que hay que tomar medidas de presión” aseguran.

Los regantes  tradicionales van más allá. Denuncian no la sequía actual, sino la sequía estructural de la cuenca del segura y “la falta de transparencia” de sus gestores y de  gobiernos autonómicos como el de Murcia, en cuyo territorio se han transformado  “entre 75.000 y 100.000 hectáreas” que riegan pese a ser  alegales e ilegales, desde de la puesta en marcha del trasvase Tajo-Segura”.

En la reunión quedó patente de nuevo las diferentes entre los Juzgados de Aguas y Sindicatos de Riegos de la huerta tradicional y los regantes del Scrats.

José Antonio Andujar , presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (Fecoreva), presidente de la comunidad de regantes Riegos de Levante Margen Derecha del Segura,  vicepresidente del Scrats y también regante tradicional recriminó en el acto a los agricultores de la huerta por no haber aceptado vender su agua y así ingresar “perrícas” ya que al final, la CHS la vendió y se quedó con el dinero.

El juez de Aguas de Almoradí, José Antonio Barrera le respondió: “El agua no se puede vender, es un bien público y además ni la podemos ceder porque no tenemos. Estamos orgullosos de haber defendido esta posición. Es vergonzoso e indecente vender nuestra agua apoyándose en el decreto de sequía que manipula las leyes. No acepto que nos digan tontos por no haber vendido nuestra agua”

Los regantes de la huerta recriminaron por su parte a los regantes del Scrats el haber firmado el Memorándun del Trasvase Tajo-Segura que limita los trasvases hacia el Levante, origen principal de la falta de recursos actual en los nuevos regadíos. También encontró respuesta. Esta vez por parte de José Antonio Andujar quien dijo “Se firmó -el Memorándum- porque PP y PSOE  cerraban definitivamente el trasvase”.

El acto fue moderado por Miguel Mazón, secretario del Juzgado de Aguas de Orihuela y tuvo como ponentes a Joaquín Parra, profesor titular jubilado de la Universidad Miguel Hernández y al ingeniero agrónomo, José Manuel Carrillo que abordaron la actual sequía y las  soluciones a las perspectivas futuras del riego tradicional de la Vega Baja.

“La mala calidad” de las aguas procedentes de los pozos de sequía abiertos por la CHS  “desaconseja su uso por su alta salinidad” indicó Parra. Carillo apostó por una estrategia  de comarca para defender la huerta.