SiervodeDios_JPZ_JSAEZ.jpg_viñeta_negro Cayetano Duréndez CRUZ completadon jeronimo

TEXTO JOSÉ SÁEZ CALVO

Durante la Guerra Civil hubo en España represión en la retaguardia de ambos bandos; en el caso de la zona republicana, los católicos fueron identificados con la población desafecta. Desde el 18 de julio de 1936 (fecha alzamiento nacional) hubo un estallido revolucionario en la zona republicana. La Iglesia Católica se convirtió en ese sector en uno de los enemigos a los que había que eliminar.

En nuestra comarca podemos citar hasta cinco sacerdotes muertos en circunstancias inhumanas: Don José Penalva Zaragoza, párroco de Benejúzar (Catral,1876-Guardamar, 20 agosto 1936, apuñalado y acribillado en la carretera); Don Jerónimo Vergel Casas, comandante castrense (Rojales, 1884-Alicante, 28 noviembre, ejecutado en las tapias del cementerio); Don Rafael Ramón García, coadjutor de Santa María de Elche (Catral, 1897-Garganta de Crevillente, 20 noviembre 1936, acribillado a balazos); Don Luis Estañ Mellado, Coadjutor de Callosa de Segura (Callosa de Segura, 1908-Garganta de Crevillente, 20 noviembre 1936, muerto a tiros); Don Manuel García Riquelme, párroco de Granja de Rocamora (Orihuela, 1902-cercanías cementerio de Elche, 30 noviembre 1936). Fueron muertos también, el seminarista redovanense José Ballesta Pozuelo (Redován, 1915-carretera de Santomera a Fortuna, 1 noviembre de 1936, acribillado a balazos), y el sacristán de Benejúzar Cayetano Duréndez García, cruelmente asesinado en la carretera de Guardamar a Alicante el 20 de agosto de 1936.

     Se van a cumplir 78 años desde que en 1936 Don José Penalva Zaragoza  vertió su sangre inocente y vio truncada su vida de la manera más cruel. Fue ordenado en 1901 y  nombrado coadjutor de su pueblo hasta 1916. Ese mismo año, fue nombrado cura propio de Benejúzar hasta que fue asesinado en 1936.  

    Cuentan que en la madrugada de aquel día de agosto, se oyó la voz del centinela: “¡Sacristán, cura, arriba…!, los obligaron subir a un coche y el centinela, inseguro de su conducta, se detuvo en la carretera. Pero otro lo reemplazó y los condujo al casigo, un paraje solitario y de naturaleza vacía…  Los hicieron descender del coche, vendaron los ojos del sacerdote sobre los cristales de sus gafas mientras Cayetano, el sacristán, imploró perdón por su esposa e hijos. Hubo un momento de indecisión y pensaron en soltar a las víctimas, pero uno del grupo sacó sin pensarlo un puñal y lo clavó en el pecho de Don José, y animados los demás sacaron sus pistolas y acribillaron a las víctimas sin compasión al borde de la carretera. Y por si fuera poco, desangrados en el suelo, asestaron sobre ellos golpes con las culatas de los fusiles en una verdadera carnicería y le arrancaron un brazo. Era el día 20 de agosto del 36.

     Al iniciarse el proceso de canonización del sacerdote catralense Don José Panalva Zaragoza, se descubrió que le faltaba un brazo entero que le habían amputado al asesinarlo. Fue enterrado en tierra con otros en el cementerio de San Fulgencio y en 1939 lo trasladaron al cementerio viejo de Catral en los terrenos actuales de la SUM La Constancia, y desde 1946 sus restos se conservan en  el arca del altar de los Santos Médicos San Cosme y San Damián que preside la Santísima Trinidad al rehacerse el mismo en 1945 por la devoción que su hermana Manuela tenía a esta advocación.

 

     La fase diocesana del proceso del Siervo de Dios  José Penalva Zaragoza fue abierta en el Seminario de Orihuela el 13 de mayo de 2002, y clausurado el 27 de mayo de 2007 en la Casa sacerdotal de Alicante.  La petición de inicio del proceso la realizó el Postulador M. I. Sr. D. Ildefonso Cases Ballesta (†). Fue aceptada e introdujo el Proceso Mons. Victorio Oliver Domingo, Obispo de Orihuela-Alicante. El día 3 de junio de 2007 fueron presentados en Roma: 54 sacerdotes y 17 laicos = 71 Siervos de Dios. Se está elaborando actualmente la “Positio”. Finalizada la “Positio”, según el turno establecido por la Congregación, será entregada a la Comisión de Teólogos y posteriormente a la Comisión de Cardenales para que sea estudiada. Si las distintas Comisiones aprueban de modo positivo que el Siervo de Dios ejerció las virtudes cristianas de modo heroico, el Cardenal Prefecto de la Congregación de las causas de los Santos propondrá al Santo Padre la declaración de Venerable. Tras la “Declaración de Venerable”, la “Aprobación de un milagro”, la “Beatificación”, “Aprobación de un milagro”, y por último la “Canonización”.

La causa de “canonización” se sigue además en nuestra comarca con dos procesos muy avanzados hacia dos personas civiles, muy queridas en sus pueblos de nacimiento: Cayetano “Cayetanico” Perea García, de Callosa de Segura, nacido en 1908, que vivió en la pobreza máxima cuando sus posibilidades económicas eran siempre muy boyantes, y Rebeca Rocamora Nadal, nacida en 1975 en Granja de Rocamora, y muerta de enfermedad irreversible en 1996, ejemplo de jóvenes, estando acompañada de la enfermedad durante su corta vida. Dos ejemplos que merecerá que ustedes conozcan sus vidas a través de estas páginas de La Crónica Independiente próximamente.