Sus objetivos son la plena transparencia en la gestión del agua, conseguir un río sin contaminación y el mantenimiento de los regadíos tradicionales e históricos como una agricultura sostenible, de calidad y de cercanía y de gran valor  paisajístico, ambiental, patrimonial y cultural.

Arremeten contra los grupos de inversión del agronegocio  industrial insostenible, “culpable” de la actual situación de déficit estructural del Segura

TEXTO EDUARDO DE GEA

VIERNES 15-12-2017

La Plataforma de Regantes y Ciudadanos de la Cuenca del Segura “Segura Transparente” cuyos miembros pertenecen geográficamente a cuatro comunidades autónomas ha sido presentada  hoy en Murcia con unos objetivos y fines muy claros: Plena transparencia en la gestión de todos los recursos hídricos, y de sus usos reales y destinos finales; Conseguir un río limpio libre de contaminantes, y la conservación, mantenimiento y apoyo activo a los regadíos tradicionales e históricos, que unen a su valor productivo y social (agricultura sostenible, de calidad y de cercanía) un importante valor paisajístico, ambiental, patrimonial y cultural.

Y todo ello frente a otros modelos de regadío insostenibles,  “culpables” de la actual situación de déficit estructural del Segura al esquilmar los recursos naturales, el paisaje, y que solo buscan conseguir agua y más agua sea cual sea su procedencia.

Los colectivos de agricultores y ciudadanos que conforman  Segura Transparente pertenenen  a Castilla La Mancha y  Andalucía (cabecera de la Cuenca),  Región de Murcia (Noroeste Murciano y Vegas Alta y Media) y  Comunidad Valenciana (Vega Baja y Baix Vinalopó), pretenden para acabar con “las mentiras del agua” en la cuenca del Segura donde ahora, algunos sectores económicos y grupos de inversión del agronegocio industrial   “intentan confundir e intoxicar a la opinión pública, proclamándose en los medios de comunicación como defensores de la huerta levantina”.

Y denuncian al respecto que estos sectores han sido responsables en las últimas décadas y últimos años de ampliaciones de la superficie de riego de dudosa legalidad en zonas de secano e incluso de monte, y han contribuido a agravar de manera insostenible el déficit estructural de nuestra cuenca hasta límites insoportables.  Por eso, añaden,  nos dirigimos a la opinión pública para manifestar con rotundidad que el modelo productivo de estos nuevos negocios agrarios es insostenible, negativo para la conservación de los valores y recursos naturales, injusto socialmente y con escasa contribución al desarrollo local de las zonas rurales. “No defienden la huerta, no defienden la vida de nuestros pueblos, no nos representan y no nos van a suplantar” recoge el manifiesto  de Segura Transparente que añade: “No nos representan porque los grandes grupos inversionistas de tierras y agua, que están acaparando las tierras y monopolizando el uso de las aguas en la cuenca del Segura, no conforman el verdadero tejido social agrario de esta cuenca, compuesto por pequeños y medianos agricultores”.

En la presentación pública de Segura Transparente participaron José Manuel López Grima, Guillermo Sánchez, Angelita Trujillo y Alfonso Torrente de la Vega Baja, Castilla- La Mancha, Vega Alta y Noroeste respectivamente.

Frente al agronegocio levantino, “que esquilma acuíferos, destruye paisajes, contamina y se basa en un crecimiento ilimitado”, los regadíos originales de carácter social de nuestra cuenca protege nuestros ríos, sus manantiales y acuíferos, el paisaje y una agricultura para y por quienes vivimos en el territorio, se añade.

Por ello se pone de manifiesto que “pretendemos poner fin a una situación donde los agricultores pequeños y medianos de toda la cuenca se ven avasallados por la actitud depredadora de las grandes empresas que acaparan tierras, esquilman el subsuelo y se benefician de las ventas ilegales de agua”

 

Se denuncia que hoy, el río Segura y sus afluentes, manantiales y acuíferos, así como los regadíos asociados a los mismos, “están más amenazados que nunca por múltiples causas y especialmente por los crecientes intentos de apropiación de las tierras y del agua”. En la cabecera de la cuenca, se explica,  asistimos a una gestión de las aguas subterráneas poco transparente por parte de la CHS, pues se está extrayendo caudales hídricos con un destino opaco, y unas extracciones ajenas a criterios sociales y ambientales. A la vez, en el Noroeste murciano, las fuentes y manantiales están reduciendo sus caudales debido a la sobrexplotación de los acuíferos, afectando gravemente a los regadíos tradicionales y otros usos ambientales y sociales de dichos manantiales. De igual forma  se  informa que en las vegas Alta y Media, aumentan las presiones sobre las huertas tradicionales, a las que se menosprecia, pero de las que se ansían sus recursos hídricos y los caudales del río. Finalmente en la Vega Baja, como en el conjunto de huertas tradicionales, “se menosprecia el valioso patrimonio de su histórico sistema hidráulico, amenazado por planes de modernización de regadíos y se niegan unos mínimos caudales ambientales a las acequias”. Además, se sufre especialmente los problemas de contaminación del río, ligados a una salinización creciente y a distintos contaminantes de origen agrario, urbano e industrial.