TEXTO Y FOTOS E. DE GEA

ROJALES 22-07-2025

Variedad de actos que han alcanzado a todos los sectores poblacionales; gran participación de festeros y público espectador en los distintos eventos socio-culturales y festivos; práctica inexistencia de situaciones de emergencia y acciones no autorizadas y sobre todo, disfrute y diversión han sido las características generales de las recién finalizadas fiestas patronales de San Pedro Apóstol y de Moros y Cristianos. Y ello gracias a una simbiosis basada en una organización minuciosa, colaboración y grandes esfuerzos realizados entre la Junta Central de Moros y Cristianos(JCMC), ayuntamiento de Rojales y sus distintas concejalías, ciudadanos y visitantes en general. De igual forma, la aplicación de las ordenanzas y reglamentos públicos de seguridad arbitrados por la Policía Local y Policía autonómica pasando por Guardia Civil, Protección Civil, servicios sanitarios y seguridad privada han ocasionado y facilitado unos días de gran disfrute festivo, diversión y ocio, sin incidencias de consideración y prácticamente inexistentes. Esto es lo que debe ser una celebración festiva que en esta edición ha recuperado en gran medida su carácter “de pueblo”.

Sobre estos aspectos el presidente de la Junta Central de Moros y Cristianos, José Enrique Cartagena, es claro y conciso: “Han sido unas muy buenas fiestas. Los desfiles de mucha calidad con un número de filás nunca vistos y mucho público”. Y destaca sobre todo el esfuerzo de todos los comparsistas”. Cartagena remarca al igual la incorporación de pulseras para poder acceder a las kábilas y barracas de las distintas comparsas. “Fui reacio en un principio. Tras esta experiencia tengo que decir que estoy muy contento al ocasionar esta medida un ambiente de tranquilidad que nos gusta a todos y en todas las barracas, sin olvidar la seguridad en las calles que nos hacia sufrir todos los años”. José Enrique Cartagena opina que vamos a ser un ejemplo para muchos pueblos cercanos por los buenos resultados obtenidos.

Respecto a los desfiles de Moros y Cristianos celebrados los días 5 y 6, el presidente de la Junta Central calcula el número de personas desfilantes en unas 2000, entre bandas de música y comparsistas, que han realizado un esfuerzo mayúsculo para que tengamos unas fiestas de las más vistosas.

INVASIÓN PIRATA, RESCATE Y PRISIONEROS

Muchos ritos y acciones que han sido incluidas en estas fiestas presentan profundas raíces históricas y cosmogónicas prácticamente desconocidas y que pasan desapercibidas por la gran mayoría. Con marcadas diferencias y ambigüedades históricas, lo pasado toma vida y es representada con ritmos actuales pero manteniendo su esencia. En esta ocasión habría que destacar la comparsa Piratas fundada en 1992, Capitanía 2025 y representada por Encarna Rodríguez y José Mira, dos festeros de siempre.

Sus escuadras y atuendos han marcado los desfiles, conquistando y apoderándose de las calles del municipio. Al igual que hace siglos, en otra época y contexto, la historia se repite. La existencia de Piratas (berberiscos procedentes del norte de África) marcó una época para gentes y lugares del Mediterráneo. Rojales no fue una excepción. Los cronistas relatan un primer ataque a la localidad en 1502 cuando llegaron “galeotas” de África que saltando en tierra “dan consigo a medianoche sobre el lugar de Rojales (…) y cautivan el lugar”. La crónica añade que “en sabiéndose en Almoradí, al punto que Gines Agullana, natural de Orihuela acompañado de 25 infantes embiste como valiente y esforzado soldado a los enemigos quitándoles la presa de las manos que era de más de cien personas y mata a unos y cautiva a otros sin que ninguno se le vaya”. El segundo ataque recogido en textos antiguos refleja que a ocho días del mes de septiembre del año 1528 “metieron otra cabalgada (los piratas)” y que se saldó con noventa y tantos cautivos llevados a la costa de Marruecos “que traían de un lugar que se dice Rojales que es entre Murcia y Orihuela”. Narra el religioso mediador para que fuesen liberados los rojaleros presos cuando los visitó que estaban “tristes, cautivos en todos con los pescuezos atados e las manos atadas a las mujeres e con los hijos a las tetas e con otros hijos asidos a las haldas (quienes al ver al rescatador) alzaron todos tan gran grito y alarido de lloros cuento en tal caso ni se puede pensar). Los barcos normandos o vikingos también asaltaron alquerías y ciudades del Bajo Segura utilizando como vía de entrada el río Segura.

EL ROJALES ISLAMÍCO: CABEZO SOLER E INQUISICIÓN

Contrabandistas, Guerreros del Cid, Benakies, Almohades, Bereberes y tuareg conforman el resto de comparsas protagonistas de las fiestas de Rojales. Espectacularidad, pomposidad, sorpresa por su buen hacer han marcado un antes y un después del ciclo festero, un tiempo extraordinario. La luchas entre los bandos de la Cruz y la Media Luna mostradas lúdicamente quedaron patentes sobre todo en la batalla de la pólvora para finalmente llegar a una paz pactada. En sus desfiles también han mostrado simbólicamente su fuerza y poderío luciendo prendas guerreras intimidatorias y todo tipo de armas para amedentrar “al enemigo”. Los bandos han estado dirigidos por los el abanderado de la JCMC, Pedro Javier Cabrera, los capitanes Encarna Rodríguez y José Mira, (comparsa Piratas), Rubén García (Contrabandistas), Paula Valero (Guerreros del Cid, Lorena Martínez (Benakies), María Fernández (Almohades) , Yonai Bas( Bereberes) , e Isabel Rodríguez (Tuareg).

Como en el caso de los Piratas rememorando tiempos pasados de conflictos, pactos, luchas y periodos de convivencia las huestes moras y cristianas de Rojales a través de recreaciones del pasado medieval también rememoran tiempos medievales centrados en Al Ándalus. Recreaciones festeras del pasado, de etapas pretéritas cuyo protagonista geográfico en la localidad es lo que hoy conocemos como cabezo Soler-Inquisición. Este lugar se puede considerar como el poblamiento más importante y de mayor entidad en época andalusí de la desembocadura del río Segura, es decir el Rojales antiguo. Es una espacio real de Al Ándalus conocido, en época musulmana como el poblamiento de al-Mudawwin y en la cristiana, Almodóvar, recogidas por la geógrafos árabes o bien por el libro del Repartimiento de Orihuela tras las conquista Cristiana.

Este enclave también conecta directamente con las celebraciones en honor al patrón San Pedro. En este lugar se sitúa un castillo-fortaleza hoy en ruinas y que dio origen a la leyenda de La Encantá. Todas las leyendas tienen un trasfondo de realidad. La Encantá también. Forma parte de los ritos del fuego de las fiestas patronales de Rojales desde siempre con el fuego como elemento purificador y mágico, simbolizando el renacimiento e invocando la fecundidad de las cosechas del campo y la huerta, el bienestar del pueblo y su prosperidad.

La subida al cabezo Soler la noche de San Juan donde la tradición oral sitúa la leyenda de la Encanta, la hoguera dedicada este año al profesor, y también pregonero de las fiestas Mory Azahar o los correfocs de reciente incorporación, rememoran el culto al fuego en Rojales. Hasta no hace muchos años y de manera popular, campos y huertas, y la cima del Cabezo Soler, servían como lugar de cremación de objetos para ahuyentar “lo malo, lo indeseado” y para comprobar si se cumplían 100 años desde la última aparición de la princesa mora, La Encantá .

ADVOCACIÓN AL PATRÓN DE ROJALES

Las características principales de ciclo festero recién terminado registró varios aspectos de especial significación que se pueden clasificar como tradicionales y de reciente creación, todos ellos perfectamente encajados en fechas y tiempos.

Otros ya han desaparecido o han cambiando de alguna u otra forma, como la procesión de San Pedro que en determinadas épocas se realizaba por la mañana del día del Patrón. Lo cierto es que todos marcan una idiosincrasia tradicional, secular e histórica, un escaparate de lo que somos y lo que representamos; unas fiestas de profundos valores de convivencia, cordialidad, interrelación, mostrando una forma de vida de fuerte componente religioso con tradiciones y ritos arraigados desde hace siglos pero sobrepasado en algunos aspectos por las nuevas formas de entender estos tiempos extraordinarios del calendario, alejado de lo ordinario.

Los actos y eventos desvelan con sus claves interpretativas la simbología festera sea cual sea su carácter. De forma especial en Rojales su intima relación con el con el patrón San Pedro Apóstol símbolo divino y sobrenatural. Venerado en su procesión por las calles del municipio con sus alumbrantes, en homilías y ofrendas dando lugar a una cosmovisión simbólica y mental donde el apóstol protege la colectividad en todos sus aspectos. Desde la salud hasta las cosechas mediante rezos, ofrendas o rituales buscando controlar aspectos de la naturaleza y conseguir beneficios. Aspectos estos hoy prácticamente desaparecidos en el subconsciente popular. Profunda simbología también arropan los cabezudos en las fiestas populares. Figuras grotescas con cabezas desproporcionadas. en principio para ahuyentar espíritus malignos y burlescos para el poder. En Rojales presentan símbolos de alegría y entretenimiento. Continuando con el carácter lúdico se unen las atracciones de feria, el gran chupinazo o los bailes celebrados en la barraca popular. Además de la gran afluencia de público en los bailes organizados por la concejalía de Fiestas, un cambio importante fue incorporado a los mismos demostrando que una forma de diversión más ecológica y combatiendo la violencia sexista es posible. Y ello con la venta de vasos reutilizables al módico precio de un euro y sus correspondientes tapaderas para evitar un menor impacto sobre el medio ambiente y advirtiendo sobre las consecuencias de acciones sexistas. Los vasos incorporaban le lema “En las fiestas + seguridad -contaminación”, una iniciativa municipal que ya practica alguna comparsa.

CIVISMO Y SEGURIDAD, SINÓNIMO DE FIESTA

Muchos pueden ser los titulares derivados de la celebración festiva finalizada. Uno de especial importancia se centra en el operativo y despliegue de seguridad practicado: “Controles, prevención, incautación, sanciones o limitación de acceso a las barracas” con el resultado de inexistencia de peleas o riñas tumultuarias, botellón inexistente, cero comas etílicos y ninguna denuncia de acoso sexual que se tenga constancia hasta el momento.

La dispositivo general de seguridad de las fiestas estuvo formado por unas 80 personas entre Policía Local, Protección Civil, Guardia Civil, sanitarios, guardias jurados y Policía Autonómica.