LO BENFERREJO Y SU POLÉMICA POSESIÓN EN EL PASADO

Por Patricio Marín Aniorte, Cronista Oficial de Cox

Según el Diccionario de la lengua española (DRAE), un enclave geográfico es una porción de territorio administrativo que está rodeado o enclavado dentro de otro. En España existen 21 enclaves, pueblos dentro de una provincia que pertenecen a otra. Los más conocidos, el de Rincón de Ademuz (Valencia) situado entre Aragón y La Mancha y el Condado de Treviño (Burgos) dentro de la provincia de Álava. Igualmente persisten otros de menor relevancia, ubicados en la misma provincia, y separados del núcleo central de su localidad. Tanto unos como otros son el resultado de cruces de linajes de la nobleza, cuyos enclaves han perdurado hasta hoy, aunque su suelo haya pasado al pueblo llano. En este último contexto podemos incluir a la Dehesa de Lo Benferrejo, como enclave territorial perteneciente a la Jurisdicción de Granja de Rocamora. La desconexión territorial de su centro matriz, ha provocado polémicas situaciones y conflictos a lo largo de la historia.

En el pasado, la Casa y linaje de los Rocamoras fueron dueños de fincas rústicas, que con el paso de los años se erigieron en lugares poblados. La heredad o hacienda de Lo Benferrejo, en el año 1678, ya figuraba su posesión en la persona de Dª Violante Rocamora y Maza. Más adelante fue poseída por el Colegio de la Compañía de Jesús, con sede en la ciudad de Orihuela. Con la entronización de la Casa de Borbón a la corona española, se operaron numerosos cambios que afectaron notablemente al modo de vida de los españoles. Entre otros, los impuestos del viejo régimen de los austrias fueron refundidos en uno solo, que en el reino de Valencia se le llamó “Real Equivalente”. La imposición de este tributo se efectuaba mediante un reparto llevado a cabo por el intendente, que fijaba un cupo a cada pueblo. En base a dicho cupo, los ayuntamientos, reunidos en cabildo procedían a efectuar un reparto entre los vecinos propietarios.

Hacia 1757, el Consejo, Justicia y Regimiento de Orihuela, es decir su Ayuntamiento, gestionó un reparto del Equivalente a todo su extenso término incluyendo la hacienda de Lo Benferrejo [1] . Craso error de los munícipes oriolanos que se saltaron a la torera un derecho consuetudinario del municipio de La Granja. Hubo que acudir a los tribunales de justicia para enderezar este entuerto y poner las cosas en su sitio. Con esta finalidad, Manuel Díaz, Procurador del número de la ciudad de Orihuela, en nombre de todos los labradores de Lo Benferrejo, presentó la correspondiente demanda. La reclamación se llevó a cabo ante D. Juan Verdes Montenegro, Caballero de la Orden de Santiago, Intendente y Superintendente de las Rentas Reales de Orihuela. Este actuaba en calidad de interino, por hallarse ausente D. Pedro Rebollar de la Concha, cuyo cargo lo tenía en propiedad.

El documento en cuestión aclaraba suficientemente, con este razonamiento:

-Trascripción literal-

“Que dha. Ciudad de Orihuela, ni podía, ni debía haver executado semejante repartimiento, por no estar incluida dha. heredad en su termino, sí en el de dho. lugar dela Granja y Jurisdicción, y que bajo este concepto se havía repartido alos Arrendadores de dha. heredad por el referido lugar.

Se había producido una duplicidad en el reparto del impuesto del Equivalente, esto es, por una parte Orihuela y por otra La Granja. Para clarificar la confusión producida, hubo que recordar hechos acaecidos en dicha finca de Lo Benferrejo, cuyas acciones se dirimían por los alcaldes ordinarios de La Granja. Uno de ellos, fue el protagonizado por Francisco Hurtado, muerto violentamente en dicha heredad, y según los testigos fue enterrado con todo derecho en la parroquial iglesia de La Granja. Otra riña ocurrida igualmente en dicha heredad entre los hermanos Gaspar y Manuel Belmonte  [2]   en cuya pendencia intervino el entonces alcalde ordinario de La Granja, como Juez propio de su término. Otro incidente se produjo en el paraje de Lo Benferrejo por la entrada del ganado de José Sánchez Santo, en el que los agentes de justicia de Orihuela trataron de intervenir. En dicha ocasión nuevamente actuó el alcalde ordinario de La Granja, impidiendo la entrada en dicha heredad a los agentes oriolanos.

Todos estos hechos fueron sacados del olvido para demostrar la no pertenencia a Orihuela y sí a La Granja de la citada hacienda de Lo Benferrejo. A mayor abundamiento de pruebas, también se expuso:

“Que asimismo han contribuido al equivalente, la sal y bagage los seculares que han habitado en la Heredad en el referido lugar dela Granja”

Por todo ello, quedó suficientemente probada la injerencia de Orihuela en la citada hacienda de Lo Benferrejo, cuyo auto lo expresaba así:

“Mandó se expida Despacho para que el Consejo, Justicia y Regimiento dela ciud. de Orihuela se abstengan de repartir equivalente y demás contribuciones Reales alos posehedores de Benferrejo, que se enuncia en estte pedimento, respecto de no estar comprehendida en su Término, y sí en rasón de los hechos que se expresan por parte de el Lugar dela Granja”

Un siglo después, es decir, a lo largo del siglo XIX, se creía que la Hacienda de Lo Benferrejo disponía de una superficie de 297 hectáreas o 2.506,33 tahúllas. Al realizarse una nueva medición en los años cuarenta del siglo pasado, resultó una cabida de 169,4550 hectáreas o 1.430 tahúllas  [3]


[1]  (A.M.O. D-2049)

[2] En el censo de población del Condado de la Granja, (año 1754) muy explícito en detallar sus vecinos, figura Gaspar Belmonte, de edad de 32 años, casado. Este vecino vivía en La Granja en la travesía de la calle Domingo Pérez a la del Ladrillar, hoy calle de la Iglesia. Así mismo, en dicho Censo se incluían dos vecinos, llamados igualmente Manuel Belmonte, de 8 y 7 años respectivamente. Por la edad de estos niños, resulta contradictorio relacionarlos con la riña que refiere el documento. Por tanto, debemos presuponer que el mencionado Manuel Belmonte, hermano de Gaspar, no viviría en La Granja, si no en la hacienda de Lo Benferrejo.

[3] ANTONIO GIL OLCINA Y GREGORIO CANALES MARTINEZ-Residuos de propiedad señorial en España, perduración y ocaso en el Bajo Segura, pág. 465-publicaciones Universidad de Alicante, Cátedra Arzobispo Loazes, año 2007.