TEXTO L.C.I.

MARTES 06-08-2019

Imagen de archivo de la huerta.Fotos E.D.G.

Desde Izquierda Unida-Vega Baja manifestamos nuestra solidaridad y un sincero apoyo a los regantes de esta comarca en su lucha por conservar los derechos adquiridos durante largos años, que deberían garantizar al riego tradicional unas dotaciones hídricas suficientes e imprescindibles para cubrir las necesidades de sus cultivos.
Los 50.000 regantes de esta comarca, que comprende el 60% del regadío tradicional de la cuenca del Segura, demandan más volúmenes de agua y agua con índices salinos más bajos para preservar el desarrollo idóneo de sus cultivos y una producción rentable y proporcional a sus esfuerzos y trabajo.
Todo ello sin olvidar que la CHS tiene además que respetar y salvaguardar estos derechos, asumir la responsabilidad de evitar el vertido de plásticos y otros desechos al cauce del río y a las acequias y azarbes, y en su caso arbitrar los medios para recoger e impedir que estos residuos contaminen los suelos de cultivo y sus plantaciones, que por la inoperancia de los dirigentes de la confederación está ocurriendo. Del mismo modo, esta negligencia ocasiona bardomeras y obstáculos que impiden el normal fluir de los caudales hídricos, cuando estos llegan también a los acueductos menores de riego.
La injusta política de la CHS en la administración de las aguas de regadío, puesta de manifiesto una y otra vez con esta tierra nuestra cada vez que aparece un nuevo ciclo de escasez y sequía, es algo inaceptable y profundamente nefasto para la vida de los agricultores y la pervivencia de la comarca de la Vega Baja, ecosistema que entre todos debemos preservar y proteger como un legado que recibimos de nuestros mayores para transmitirlos a las nuevas generaciones.
Esta irresponsabilidad de la CHS con los regantes del regadío tradicional ha desembocado en un manifiesto público, exigiendo la dimisión del presidente de la CHS y otros cargos de alta responsabilidad en el organismo de cuenca. Todos los regantes encuadrados en juzgados de aguas, comunidades y sindicatos de riego acuciados por esta situación de extrema gravedad, demandan una serie de puntos inaplazables para salvar sus cultivos y sus rentas familiares.
Izquierda Unida, desde su modesta representación política, tendemos la mano a los regantes para colaborar y resolver esta problemática que emerge periódicamente y daña gravemente el sector agrario de la Vega Baja.
Estamos en fechas clave para suministrar un buen riego a ciertos frutales y por supuesto a todos los cultivos. Sólo como ejemplo, los granados precisan de agua de buena calidad y en cantidades convenientes para obtener un buen fruto y con un calibre idóneo. No podemos gravar más la economía de los regantes pagando el agua de depuradora a 20 euros/hora.
Abogamos desde IU por que nuestros regantes tengan garantizado el riego y se den los pasos para una resolución inaplazable de esta crítica situación.