Se acribillaron poblaciones enteras indefensas por la aviación nazi, que testó nuevas técnicas bélicas sobre una población rural con la aquiescencia del franquismo

TEXTO L.C.I.

MADRID 02-04-2018 

El portavoz de Compromís en el Senado y el senador territorial, Carles Mulet, ha anunciado la presentación de una moción en el Senado a instancias de Junts per Albocàsser (JPA) para que se investigue de donde partieron las autorizaciones y recuerde a las víctimas de los bombardeos de la Legión Cóndor en el Maestrat durante la Guerra Civil.

“De estos hechos se cumplen ahora 80 años y tras 40 años de Democracia nadie ha pagado por estos hechos y sigue sin conocerse quien o quienes autorizaron a sus aliados a masacrar población civil inocente e indefensa con el único objetivo de probar el armamento que años después se utilizaría en la Guerra Mundial por los nazis”, señala Mulet que ha manifestado la repulsa de la coalición por esta situación tantos años después.

La moción presentada por la coalición y facilitada por Joan Fermosell, portavoz de JPA, recuerda cómo aviones Stuka acabaron con 38 vecinos de poblaciones como Albocàsser, Benassal, Ares del Maestrat y Vilar de Canes. Cuatro pueblos del interior de Castelló en zona republican dedicados al campo y el Ganado que hasta hace poco jamás sospecharon que fueron víctimas de un experimento nazi.

Fue hace unos años cuando vieron la luz unos documentos cruciales 75 años después de los hechos articulados entorno a un informe del archivo militar de Friburg (Alemania). Los pilotos pertenecían a la legión Cóndor, enviada por Hitler para ayudar a Franco. Fijaron su base en La Sènia (Tarragona) y tenían la orden de calibrar si los tres bombarderos Junker 87A que trajeron aguantarían con una nueva bomba de 500 kilos, el doble que las lanzadas hasta aquel momento. El nuevo avión era conocido como “Stuka” y se desplomaban en picado sobre los objetivos.

El experimento sería determinante en la decisión alemana de apostar por los ‘Stuka’ para la todavía insospechada II Guerra Mundial, por eso los oficiales nazis, tenían una razón y se tomaron muchas molestias en documentarlo todo. Hasta 66 fotografías aéreas muestran el suelo como el tablero de un juego de mesa y flechas en tinta roja apuntan a los objetivos. Una elección aleatoria, práctica y fría. Los pilotos nazis habían ido a España a ganar dinero y salir del tedio. Podían volar hasta las marcas, descargar las bombas y volver para la hora de comer.

“Ahora, que se cumple el 80 aniversario de los bombardeos de la Legión Cóndor con los aviones Stuka en estos cuatro pueblos, proponemos instar al Gobierno Central, heredero del anterior gobierno surgido de la rebelión militar a que pida perdón por haber consentido ese bombardeo y que se desvele o investigue quién fue la persona o cargo que autorizó esos abyectos experimentos sobre la población”, ha explicado Mulet.

Los vecinos de la comarca del Maestrat tienen muy vivos estos recuerdos que han sido transmitidos de forma oral. Hasta hace pocos años nadie conocía las causas de tanto derramamiento de sangre en una zona para nada estratégica y alejada del frente y debe clarificarse todo lo que rodea a estos hechos y pedir perdón, de la misma forma en la que se ha actuado en otras zonas del mundo.