EL GRUPO ECOLOGISTA ADVIERTE DEL GRAVE IMPACTO QUE TENDRÁ  SOBRE LA HUERTA TRADICIONAL Y LAS ZONAS HÚMEDAS

TEXTO L.C.I.

VIERNES 22-09-2017

Hace ya un año que el Director General de Agricultura, Rogelio Llanes, en el marco de una jornada técnica sobre la situación del regadío en la comarca de la Vega Baja, celebrada en la Escuela Politécnica de Orihuela, , presentó el denominado Plan de Obras de Regadío de la Vega Baja, afirmando que el plan tenía como principal objetivo la modificación del sistema de riego en la comarca, esto es, la sustitución del denominado “riego a manta” por el riego presurizado o “por goteo”.

Pese a que en estos meses no ha habido ninguna noticia nueva sobre este proyecto, la Asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) ha presentado un escrito dirigido a la Dirección General de Agricultura, para pedir formalmente a esta administración que desista de eliminar el regadío tradicional.

En su escrito el grupo ecologista hace hincapié en la adaptación del regadío tradicional a la configuración física de su ámbito geográfico, una llanura de suelos impermeables y una destacada salinidad en algunos sectores que llegan a condicionar el tipo de cultivo que puede plantarse. Frente al argumento del “ahorro de agua” del riego por goteo, recuerdan que: “El riego tradicional esta adaptado a estas condiciones físicas y se basa en la derivación de agua desde el río Segura, a través de una compleja red de canales (azarbes) por la que circula el agua de riego, pero que también sirve para retirar las aguas que ya han irrigado el campo, pudiendo volver a incorporarse para el riego de otras superficies cultivadas situadas aguas abajo. Según este sistema, las aguas del Segura, pueden ser reutilizadas mas de cuatro veces en una cultura de reciclaje del agua de carácter completamente excepcional”. Además, como culminación de este intenso aprovechamiento, AHSA recuerda que estas aguas sobrantes son las que sostienen la mayor parte de los humedales del sur de Alicante, que quedan fuera del ámbito marino (salinas). Siendo el caso mas representativo el del Parque Natural de El Hondo.

Por otra parte, AHSA advierte que independientemente de que la Huerta Tradicional suministre el agua necesaria a las mencionadas zonas húmedas, con su mosaico de cultivos y la red de azarbes, azarbetas y escorredores, que aún se mantienen naturales, constituye por si misma un ecosistema agrario de gran valor, además del importante patrimonio histórico asociado (puentes antiguos, estaciones elevadoras, tomas de agua, molinos etc..), todo lo cual desaparecería sí el plan sale finalmente adelante.

En su escrito también critica abiertamente la cementación de los azarbes realizadas durante anteriores legislaturas y que el actual Consell asume y pretende continuar. AHSA considera que la cementación y entubamiento de la red de azarbes es una auténtica catástrofe en cuanto a la pérdida de biodiversidad y de calidad de las aguas y recuerda el desorbitado coste del último proyecto de cementación: 12 kilómetros del azarbe de Enmedio, licitado por la anterior Consellería de Agricultura en 9‘2 millones €, en contraposición con el mantenimiento tradicional que todavía se realiza en algunas comunidades, como la de Los Carrizales de Elche, donde a los regantes les cuesta 80.000 € anuales el mantenimiento de casi 100 kilómetros de azarbes.

Por otra parte, AHSA hace mención al Plan de Acción Territorial de la Huerta de Valencia y solicita que se aplique un Plan de Desarrollo Agrario similar al aprobado en el mencionado plan y afirma no entender porque el Consell considera la Huerta de Valencia un espacio de reconocidos valores productivos, ambientales, históricos y culturales que son determinantes para la calidad de vida de la ciudadanía, mientras que la Huerta de la Vega Baja es tratada como un lugar de derroche de recursos hídricos, al que hay que corregir con tuberías y hormigón.

Por último, AHSA reivindica el valor y el potencial que tiene la Huerta Tradicional y pide que las acciones incluidas en el Plan de Modernización de Regadíos de la Vega Baja, que afecten a la Huerta Tradicional, mantengan y conserven todo el sistema tradicional de riego, así como el paisaje y todo el patrimonio ambiental y cultural asociado, centrándose en cambio en implementar medidas para mejorar aspectos ligados a la calidad de los productos y su diferenciación en el mercado.