Entrevista con Batiste Llopis, padre de acogida de Mahyuba Mohamed Handidaf, retenida contra su voluntad en los campamentos saharauis de Tinduf en 2014, que pudo escapar

TEXTO Y FOTOS ELISA PAVÓN MULERO 

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La retención de Mahyuba Mohamed Handidaf en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia) volcó en 2014 los esfuerzos del Ministerio de Asuntos Exteriores español, que negoció su libertad con el Frente Polisario y con la familia biológica de la joven española de origen saharaui, de 24 años, mientras la organización estadounidense Human Rights Watch denunciaba su confinamiento forzado en Tinduf. A finales de octubre de ese año, Mahyuba logró escapar y, tras dos meses retenida, recuperó su libertad. Hoy otra familia española lucha por la libertad de su hija adoptiva, Maloma Morales de Matos, de 23 años, que lleva 17 meses y medio secuestrada en los campamentos saharauis, aunque ni el Ministerio, ni el Frente Polisario, ni el Gobierno argelino la están defendiendo ni ayudando. Como ella se encuentran también privadas de libertad Koria Badbad Hafed, Darya Embarek Selma y Nadjiba Mohamed Belkacem, tres mujeres mayores de edad de origen saharaui residentes en España e integradas desde hace una década en familias de acogida de distintas provincias.

Durante una visita familiar a los campamentos, a estas tres jóvenes les confiscaron el pasaporte y los documentos españoles, les robaron el dinero y las dejaron a la fuerza retenidas contra su voluntad sin poder cumplir su deseo de volver a España. Una de ellas, Koria de San Miguel de Salinas (Alicante) , lleva más de seis años cautiva en el territorio del Sahara Occidental bajo control del Frente Polisario, incomunicada y aislada del mundo exterior.

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Bienvenida Campillo de San Miguel de Salinas, madre de acogida de Koria,  y Bastista, a la izquierda ,en la protesta celebrada en Madrid el lunes 22 de mayo

«Es una vergüenza que, en pleno siglo XXI, pasen estas cosas -afirma Batiste Llopis-. Las tienen allí retenidas, discriminadas y marginadas totalmente, porque hasta la propia sociedad saharaui las trata mal porque ellas quieren venir a España», asegura el padre de acogida de Mahyuba, quien ha participado el pasado 22 de mayo en una concentración simbólica frente al Ministerio de Asuntos Exteriores en la que los padres españoles de Maloma, Darya, Nahjiba y Koria pedían al Gobierno la repatriación de las cuatro jóvenes, siguiendo el modelo de la acción consular que trajo a España a Jimena Rico y Shaza Ismail, retenidas ilegalmente en Turquía. «Es lo que hay que hacer, sin duda, no quedarse en silencio y presionar al Gobierno español para que actúe de inmediato, porque no se puede consentir que estén privadas de libertad a la fuerza y que no se adopten las medidas necesarias para que ellas puedan decidir libremente», declara Llopis.

Por la experiencia ya vivida en el caso de su hija de acogida, que asegura que fue «angustiosa, porque ni Mahyuba ni nosotros jamás pensamos que su familia sería capaz de hacer algo así», Batiste Llopis es uno de los muchos familiares que han pasado por esta situación que ahora se están volcando en apoyar la lucha por la libertad de estas cuatro jóvenes. «Hay que hablar claro -comenta con vehemencia-, llamar a las cosas por su nombre, porque las familias biológicas no tienen ningún derecho a retener contra su voluntad a sus hijas, que son mujeres mayores de edad, que han estudiado, que tienen sus sueños y sus vidas y, sobre todo, el Frente Polisario, como autoridad en los campamentos, debe asegurar que ellas tengan la capacidad de ejercer su derecho a decidir libremente dónde quieren vivir».

Para él, las razones con las que el Frente Polisario y el movimiento de amistad con el pueblo saharaui español justifican estas situaciones «no son válidas, porque no hay tradiciones que valgan cuando se violan los Derechos Humanos. No es una cuestión cultural, es un delito. Y es una vergüenza para España, Argelia, el Frente Polisario, para las familias biológicas y para todas las asociaciones, que casi ninguna alza la voz y dice abiertamente que esto no se puede consentir, porque todos sabemos que son muchas las mujeres que se encuentran retenidas contra su voluntad y, a la hora de la verdad, nadie dice nada». Según su opinión, que asegura se fundamenta en una estrecha relación con el movimiento solidario, a través de la pertenencia a la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Xátiva durante más de 20 años, «cuando descubres que hay muchas mentiras detrás de estas retenciones, te ves indefenso, defraudado… Pero los intereses no tienen nada que ver con factores culturales. Yo creo que al Frente Polisario le interesa que vayan las chicas -también algunos chicos- y les interesa que tengan hijos, porque se están yendo todos de los campamentos». Llopis es tajante al afirmar que «me veo defraudado totalmente por este movimiento de solidaridad, que parece que sólo se interesa por recoger dinero y comida para los campamentos, aunque luego saben que no les llega, porque los dirigentes del Polisario lo venden y no se dignan ni siquiera a quitar las pegatinas que ponen “ayuda humanitaria” o la procedencia».

TORTURA PSICOLÓGICA

Batiste Llopis recuerda que «un familiar de Mahyuba, cuando viajé allí a por ella, me decía “tú tienes el reloj, pero yo tengo el tiempo”, en un alarde de chulería que suerte tuvo que no estábamos en España, porque estas actitudes aquí sí están castigadas. Aún así, da una idea de cómo tratan a las chicas sin que la autoridad impida este delito, que tiene grandes consecuencias para las chicas retenidas, como en el caso de Mahyuba, que llegó a España mal, después de dos meses obligada a estar en los campamentos, y vino con serios problemas por la tortura psicológica a la que fue sometida, que no digo que fuera física, porque no lo sé», comenta Batiste Llopis. En el soporte y apoyo que está dando a las familias de Maloma, Darya, Koria y Nadjiba, asegura que «no escatima» y se aprieta las manos diciendo «quiero que sepan que en lo que les pueda ayudar, lo haré, y estaré allá donde vayan a exigir su libertad, porque yo lo pasé muy mal, pues Mahyuba sólo me decía “sácame de aquí” y sé bien lo que es su lucha y cuánto duele ver que tu hija de acogida no puede decidir por sí misma, como también sé que sólo por decir estas cosas ya te llaman “pro-marroquí” y dicen que estamos pagados para hacer daño a la causa saharaui, cuando sólo reivindicamos el derecho a decidir para todas las retenidas».madrid 22 de mayo de 2017 023

Para Batiste Llopis sólo hay una solución viable a estas retenciones: «Las chicas tienen que tener libertad para decidir y la que quiera volver, que pueda volver. Se lo digo al Gobierno de España y al Parlamento, que también debe presionar y trabajar por la defensa de una ciudadana española y de otras muchas que, sin tener nacionalidad, están privadas de libertad; se lo digo también al Gobierno argelino y al Frente Polisario, que estas mujeres, que son mayores de edad, tienen que ir a un sitio neutral, con personas de la ONU o de organizaciones no gubernamentales independientes, sin representantes políticos, ni familias biológicas ni de acogida (o adopción, en el caso de Maloma)». Un lugar neutral, asegura Llopis, donde «puedan decidir sin ningún tipo de presión y, sea cual sea su decisión, se respete y se lleve a cabo en ese mismo momento. Si deciden venirse a España, deben venirse directamente, sin volver a los campamentos».

«El Gobierno español y el argelino deben presionar al Frente Polisario, porque no pueden permitir que se obligue a una mujer a casarse -afirma Llopis-, como dicen que han obligado a Maloma, aunque yo no me creo que esté casada. Esto es un delito y deben hacer algo para que la justicia caiga con todo el peso de la ley sobre quien comente estas barbaridades», afirma el padre de acogida de Mahyuba, que insiste en que «por mucho que Maloma diga que no la han obligado, que se ha casado enamorada y que no está secuestrada, está privada de libertad, sometida a decisiones de su familia y coaccionada». Y le manda a ella un mensaje alto y claro: «Maloma, estás bajo el síndrome de Estocolmo, por favor, pide que te lleven a un sitio neutral, que te hagan análisis a ver si te han dopado y con qué, porque os dopan, pero, sobre todo, para que seas tú quien decida dónde quieres vivir. No hay nada más, sólo tú puedes decidir tu propia vida». No sólo opina que Maloma puede haber sido dopada. Cree que el resto de jóvenes saharauis secuestradas  también.