“¿ESTÁ EL ALTO TAJO REALMENTE EN NIVELES DE ALARMA?”

Alejandro Bernabé, concejal del PP de Rojales

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ROJALES 26-04-2016

Comenzamos la semana, después de varios episodios de lluvias constantes y por procesos de fusión del acumulado de nieve en las montañas (efectos muy característicos del periodo primaveral) con datos llamativos que podemos obtener de estos dos gráficos y que nos llevan a la misma disputa entre territorios de siempre, más si cabe, en los últimos meses en los que las comunidades autónomas de Castilla la Mancha y Valencia distinguen en color político al, hasta ahora, gobierno de España.
Mientras que el caudal ecológico mínimo del río Tajo a su paso por Talavera de la Reina y Toledo se establece en 10m³/s, en la actualidad vemos como esas cantidades han sumado una importante crecida llegando a los 80m³/s y 69m³/s respectivamente. Totalmente correcto creo que para todos es ver, de vez en cuando, crecidas o incrementos de recursos en los ríos españoles pero, lo que no entiendo es cómo se lleva a cabo ese aumento de caudales (ya son varios días seguidos) teniendo la práctica totalidad de embalses en curso medio y bajo del Tajo a más del 80% de capacidad media mientras Entrepeñas y Buendía podrían aumentar los recursos tanto para aportaciones al trasvase Tajo-Segura como para los propios caudales del Alto Tajo. ¿Son necesario estos desembalses?
Llamativo es también, desde muy recientemente, la defensa que el gobierno valenciano del socialista Ximo Puig está queriendo llevar a cabo sobre los riegos tradicionales y sus privilegios históricos pero como deja de lado la defensa del trasvase Tajo-Segura y la manipulación de la información respecto a la viabilidad o no de dicho trasvase: una obra estatal de la cual dependen más de 100.000 puestos de trabajo directos y una aportación al PIB de más de 2.300 millones de euros.
Recuerdo a todos los lectores que fuel la ministra socialista Cristina Narbona la que quiso “cargarse” el trasvase Tajo-Segura como si de un juego de mesa se tratase. El famoso Plan AGUA (Programas de Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua) y la construcción de decenas de desalinizadoras era su apuesta en detrimento del ya olvidado Plan Hidrológico Nacional (PHN) y la desaparición del Tajo-Segura. Un Tajo-Segura que parece tener inmóvil al Presidente de la Generalitat Valenciana ya que son escasas las declaraciones o manifestaciones a favor del mantenimiento de estos recursos e infraestructuras hídricas y del verdadero problema de los agricultores de la Vega Baja del Segura y la práctica totalidad de la provincia de Alicante. Una política, la del Programa AGUA, que lleva ya más de 10 años desde que se dio a conocer públicamente y que tiene como emblema la famosa desalinizadora de Torrevieja (la más grande de Europa) con una inversión inicial de 281 millones de euros pero que vio modificado su presupuesto directo superando los 300 millones de euros y que, hasta el momento, está siendo un gran quebradero de cabeza para las Administraciones Públicas, por un lado por la calidad del agua desalinizada para regadío, y por otro lado por el alto precio del m³ de agua insostenible para los agricultores de la zona.
Por otro lado critican el aumento de las reservas mínimas trasvasables en los embalses de cabecera del Tajo de 240hm³ a 400hm³ lo que imposibilitarían los envíos de agua a Alicante y Murcia, pero son ellos los que quisieron ya en su momento incrementar las reservas mínimas para trasvases de agua al levante español y son los mismos que quieren defenestrar el acueducto Tajo-Segura con sus políticas de enfrentamiento entre los propios agricultores. Una buena política hídrica es la que cohesione todos los territorios afectados y no la conocida política del “corto aquí y pego allá”. Eso tan solo trae conflictos permanentes, inversiones millonarias y beneficios escasos.
Matizar que a día de hoy, los embalses de Entrepeñas y Buendía acumulan 537hm³ que, aunque mantengan un porcentaje del total de almacenamiento de los dos embalses bastante bajo, ya superan las reservas íntegras de toda la cuenca del Segura que en estos momentos las encontramos en 474hm³ de los cuales 120hm³ son recursos propios del trasvase Tajo-Segura en el Embalse de La Pedrera. Por tanto, recursos propios de la propia cuenca del Segura tan solo sumamos 354hm³ en una zona de gran tradición de regadíos y una demanda de agua para suministro urbano que ronda los 2 millones de personas diarias y a las puertas de una estación estival que parece quiere batir otro nuevo récord en cuanto a turistas se refiere. No se pueden obviar las escasas alegrías que los modelos meteorológicos nos alertan de un final de mes de abril con escasez de precipitaciones de nivel tanto en nuestra zona como en la zona alta del Segura.

Mi pregunta es: ¿realmente falta agua en el río Tajo?
Creo que es necesaria la planificación de una buena política hídrica que cohesione todos los recursos de los que dispongamos con el fin de crear nuevos enlaces de suministro, mejora en las infraestructuras ya realizadas y la creación de nuevos sistemas de racionamiento de agua para el regadío y el abastecimiento urbano de las zonas más deficientes o las zonas con una falta clara de inversiones hídricas.