Los titiriteros de Carmena

Pepe López

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Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid

No se engañen. El problema no son esos famosillos figurantes de polichinela del carnaval madrileño, esos titiriteros desgraciados que, casi sin quererlo, han acabado detenidos y ocupando portadas de periódicos nacionales, ofreciendo gratis carnaza en los debates de los telepredicadores del odio. El problema no son esos personajillos de poca monta, trasnochados, con ínfulas anarcoides pero que seguramente no pasarían el primer examen de anarquismo real.

El tema, la cuestión, el fondo, decía, no son esas brujas violadas que se toman la justicia por su mano en el teatrillo de cartón piedra ante una decena escasa de niños y hacen como que asesinan a jueces; ni son esos cartelitos minúsculos que queriendo ser ingeniosos –Gora-Alka-ETA (¿?)- no son más que zafios y reivindicativos de cortedad mental. Todo ello junto, la bruja, el cartelito, el teatrillo…, no pasarían de ser un acto lamentable y fallido en el carnaval madrileño si el dardo real de esos otros titiriteros de carne y hueso no apuntase en otra dirección.

Y bien que lo señala hoy en su primera el abc, en un ejercicio propio del teatrillo periodístico polichinesco en el que anda esta profesión en este país llamado España. El problema, no se engañen, es Manuela Carmena. Es a ella a quien los meapilas de toda la vida, los hijosdalgo que dejaron por toda herencia serrín y cocido madrileño corrupto en dosis altamente venenosos, no aguantan que les gobierne, a quien quieren sacrificar en su piara abracadabrante de verborrea insulsa y cansina, a ella es a la que ven como la gran urdidora de todos los males, pasados, presentes y futuros. Es a Carmena a quien no soportan. Carmena, convertida en polichinela, bruja malbaratá, comeniños, terrorista camuflada de abuelita, alentadora de violaciones en horario infantil.

¡Será que no conocen al personaje real! Pobre gente. El manual solo les dio para llegar hasta la página donde se habla de una tal Esperanza. Ya no aprendieron más. Y siguen con el libro cerrado. Pobres titiriteros. Éstos y aquellos.  En twitter @plopez58