logo

El gobierno de los hombres contras mujeres. Por Pepe López

Miércoles, 15 Abril 2015 07:18

Dos noticias protagonizadas mayormente por hombres pero cuyas destinatarias -y víctimas- son mujeres. Albert Rivera, el líder ascendente de ese experimento político del laboratorio del centro derecha que es Ciudadans, dice que si es presidente legalizará la prostitución. Entre las razones alega Rivera que supondría ingresar “6.000 millones de euros a la Hacienda Pública en tiempo de recortes”. Y es esta, la prostitución, de hecho que no derecho, “la tercera actividad económica del país”.

Otro, Mariano Rajoy, que ya es presidente, y atendiendo al caleidoscopio de las encuestas electorales, vuelve como amenazante Guadiana a poner en marcha la maquinaria que despoje a las mujeres de su derecho legal a ejercer libremente su maternidad y derogue partes esenciales de la Ley Aído sobre el aborto.

¿Qué tienen en común ambas propuestas? Al menos, tres puntos. Uno, y principal, que ambas atacan, bien que por distintas razones, a los derechos y a la dignidad de las mujeres como género.

Un segundo apartado es que las dos son en su génesis básicamente legislaciones hechas, proyectadas, pensadas esencialmente por hombres pero que no van destinados a los hombres. Al menos no de forma preferente.

Y un tercer elemento y no menor es que en ambas se puede atisbar la utilización espuria de la mercadotecnia electoral para cuestiones y temas que afectan a los derechos fundamentales como justificación implícita, que no explícita, de sus objetivos. En el aborto es evidente que lo hacen justo ahora en la antesala de dos citas electorales para intentar retener el voto más conservador y próximo a la jerarquía católica, y en el caso de la prostitución (Rivera) porque muy probablemente la medida anunciada cuente con el beneplácito de una parte importante de los hombres.

¿Guerra de hombres contra mujeres? Son, ya digo, solo dos hechos, dos noticias aisladas, que nada parecen tener que ver entre sí pero que muestran una tentación, un camino, una intencionalidad política: la utilización de los derechos de la mujer para rellenar huecos electorales. ¿Demasiado simple? Puede. Pero, a veces, lo simple no está tan lejano ni reñido con la explicación de la realidad de todos los días. Al fin y al cabo la historia reciente está llena de gestos como éstos. Del gobierno de los hombres contra las mujeres. En twitter@plopez58