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EL EXARZOBISPO DE MADRID SE HA ATRINCHERADO EN EL PALACIO EPISCOPAL Y SE NIEGA A CUMPLIR LAS ÓRDENES DEL PAPA FRANCISCO

Antonio María Rouco Varela, el gran propagandista nacional católico de las esencias guerracivilistas, el azote del buen cristiano, ha pedido cita con la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca). No es coña. El exarzobispo de Madrid se ha atrincherado en el Palacio Episcopal y se niega a abandonarlopara dejar sitio a su nuevo inquilino Carlos Osoro. Rouco, como San Pablo, ha visto la luz al final del túnel y se ha hecho Okupa.

Así las cosas es previsible que ni Guindos, ni Fernández Diez, ni mucho menos Gallardón, uno de los suyos, se atrevan a hacer cumplir la Ley y a mandarle banqueros, policías o jueces para que ejecuten el desahucio. Bastante, deben pensar los desahuciadores ministros, tenemos con los problemas en la Tierra para ocuparnos de las cuestiones divinas. Solo Dios, si existe, puede hacer cumplir la norma. Pero debe ser que no existe.

El hombre que se creyó que lo suyo era hilo directo con el dios de los ricos y marcó distancias con los menesterosos, no entiende que un subalterno cualquiera de ese mismo Dios como el Papa Francisco, uno que dice hablar en nombre del dios de los pobres, le haya removido del cargo y le ordene que abandone su cómodo apartamento en el Palacio Episcopal para dejar sitio a su sustituto. ¿Si hay dos papas en Roma –debe pensar- por qué no puede no puede haber dos arzobispos en Madrid?

Él, Rouco, puede que no sea más, pero tampoco menos. Es lo que tiene tener hilo directo con Dios. Que puedes exigir que haya una ley para ti y otra para el resto de los mortales. Que te puedes dar de alta en la PAH aunque no seas de los suyos. Y, claro, que siempre le puedes decir al tal Francisco aquello de “No sabe usted con quien está hablando”. En twitter @plopez58