La trashumancia en la Vega Baja
TEXTO Y FOTOS JOSÉ SÁEZ CALVO
(Las fotografías fueron realizadas el pasado mes de mayo en San Felipe Neri. Son de un ganado trashumante que se dirigía a Valencia)
Datos históricos sobre la ganadería en el Bajo Segura son escasos y más que prever el ganado como elemento necesario y rentabble, se contempla mas bien como ayuda al laboreo, sobre todo desde finales del XVII y comienzos del XVIII. Entre ganadería y la agricultura ha habido históricamente bastantes discordias, de tal modo que ya en el XIV, en tierras murcianas y de nuestra vega […] los ganados de la ciudad pacerían las yerbas y beberían las aguas de todo nuestro antiguo reino. Sin embargo, entrados en el XVI, se prohibió que los ganados pastasen libremente, debiendo estar atadas todas las bestias de labor. A finales del XVII cada cual es dueño de su heredamiento y la entrada del ganado se ve restringida, no pudiendo entrar sin permiso del dueño de la finca o de las tierras. La situación había cambiado radicalmente. Pero la tradición de llevar los ganados a través de unas regiones a otras a pastorear, la trashumancia, viene de milenios atrás. Sus orígenes están unidos a la del hombre, y los rebaños nómadas desde el siglo XIII ya estaban organizados con la “Mesta”.
Los pastores pasaban fuera de casa los meses fríos del invierno y descansaban en verano. Eran días muy duros, pastoreando bajo la lluvia, el viento, el frío y el calor, y casi nunca tenían un refugio que los acogiera. Eran gente que pasaba muchas penurias, que se acompañaba paso a paso con el “cayado”, y a cuestas el morral o la “samarra”.
Ya se ha dicho que la entrada de ganados en terrenos de Fundaciones en el siglo XVIII, provocaba continuamente graves problemas en los edificios, sembrados y plantíos, de tal modo que los soldados vigilaban en día y noche los cauces y tierras afectados por el paso de las yeguadas y ganados de toda clase trashumantes. El cegamiento y destrucción de los cauces al paso de los ganados se hizo insoportable por los problemas que acarreó a la nueva colonización de Belluga y los pleitos para resolver la causa de los perjuicios se sucedían. En 1735 tuvo que intervenir don Francisco de Arriaza por El Molar, de Orihuela, y resolver el mal uso de las yerbas y de los pastos, todo hasta que el rey, en 1739 concedió en enfiteusis los pastos a las p. Fundaciones.
Pueblos como Catral, Almoradí, o San Felipe Neri, fueron paso del ganado de trashumancia, cabañas de especies como el ovino y caprino, y también pero en menor cuantía, el caballar o el asnal.
La Cañada de la Mancha tenía como principal función la trashumancia de ovinos desde la Mancha a los pastizales del Bajo Segura. Arrancaba desde la misma Cañada de Almansa a Alicante, pasando por Yecla, Fuente del Lobo, Venta de las Quebradas, el Pinós, Fondó de les Neus, Sierra de Crevillente, Albatera, San Felipe Neri, Callosa de Segura, Almoradí, Algorfa, San Miguel de Salinas y Torrevieja. Por el puerto de Rebate y la Venta de la Virgen, en Murcia, este cordel llegaba hasta Santomera, donde se unía a la Vereda Real de los Valencianos. En ningún caso queda ya vestigio de su anchura decretada en 1273. Igualmente, muchas cañadas reales atravesaban o pasaban cerca de poblaciones pequeñas, que al crecer urbanizaron encima de las mismas, sin respetar su trazado. En el mejor de los casos cuando se ha respetado el recorrido original, las cañadas que atraviesan poblaciones lo hacen por calles asfaltadas.
