7 de enero de 2014.-

LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders ha logrado que el Anteproyecto de Ley de Prevención, Calidad y Control Ambiental de Actividades en la Comunitat Valenciana excluya a las instalaciones ganaderas de la obligación de efectuar un estudio y una auditoría acústica.

La Dirección General de Calidad Ambiental de la Conselleria de Medio Ambiente ha considerado, en atención a las alegaciones presentadas en su día por LA UNIÓ, que las especiales características de las explotaciones ganaderas les eximen de realizar estas cuestiones en materia de contaminación acústica. LA UNIÓ agradece la actitud de esta Dirección General al tener en cuenta la especificidad del sector ganadero.

LA UNIÓ había argumentado que los estudios acústicos de las instalaciones ganaderas salían siempre negativos al estar alejados de los núcleos de población y no provocar ruidos en el desarrollo de la actividad, lo que reforzaba la idea de que desapareciera la obligación para los ganaderos de cumplimentar esos trámites burocráticos que además les causaban un desembolso económico.

El coste, como mínimo, de un estudio y una auditoría acústica para el ganadero es de unos 1.200 euros en el mejor de los casos (600 euros por cada uno), al que hay que sumar “los males de cabeza que le origina presentar documentación técnica añadida a la que ya de por sí debe presentar”.

Anteriormente se incluía a las explotaciones ganaderas como uso industrial y por ello se les obligaba a efectuar el estudio y la autoría acústica. Los estudios indican que el nivel sonoro de una granja de noche no sobrepasa los 35 dB (A) –decibelios- y de día sobre unos 45, que es lo mismo que se exige para un uso sanitario y docente. En el industrial el de noche se sitúa en 60 y el de día en 70.