La educación pública, la de todas y todos

Víctor Ferrández Esteve, coordinador Local de Izquierda Unida Torrevieja.

Los que creemos que la educación pública, laica y gratuita es la única capaz de lograr que una sociedad sea consciente y crítico-constructiva consigo misma, es decir, sea una sociedad capaz de avanzar, sufrimos al ver como los poderes públicos y morales del bipartidismo utilizan la educación como si fuera una pelota que hay que controlar. La educación no es un negocio, ni un instrumento de adoctrinamiento; la educación es, o más bien debería ser, el centro de la construcción social e individual de nuestros jóvenes y niños, un punto de encuentro de la libre construcción de la personalidad. Sin embargo, para que un sistema educativo sea capaz de ello son necesarios, a mi entender, dos elementos clave; la estabilidad y la profesionalidad.

– En cuanto a la estabilidad, los gobiernos del PPSOE han cambiado los sistemas educativos cuando cada vez que han llegado al gobierno: LODE (1985), LOGSE (1990), LOCE (2002), LOE (2006) y LOMCE (2013). En Finlandia, país número uno en el ranking PRISA, el sistema educativo lleva íntegro y sin alterar desde mediados de la década del 70.

– En cuanto a la profesionalidad, entiendo profesionalidad como la participación de la comunidad educativa en la creación y desarrollo del sistema educativo (centros, profesores, alumnos, madres y padres), en España tanto la LOMCE como muchas de sus antecesoras no han contado con el apoyo y participación de la comunidad educativa. ¿Cómo queremos un sistema educativo válido si lo deciden cuatro técnicos, partidistamente interesados, sin contar con los que conocen y entienden las necesidades de la educación pública en nuestro país?

Hay un tercer elemento, uno que debe hacer eficaz la aplicación del sistema educativo en la práctica: la inversión pública suficiente. Por mucho que se elabore un Ley muy bien hecha, si no se presupuesta adecuadamente no se puede implantar. Ningún sistema educativo en España ha gozado de financiación suficiente, es decir, fracaso asegurado.

Pero ¿Por qué tanto fracaso en los sistemas de educación pública? Porque los partidos de gobierno ven la educación como una forma de negocio y adoctrinamiento. En España, el PP le entrega las aulas a la iglesia y recorta en becas, en la Comunidad Valenciana, el PP aumenta ratios en las aulas, elimina colegios públicos y despide profesores, en el Ayuntamiento de Torrevieja, el PP subvenciona el transporte de los colegios privados en el mismo porcentaje que el transporte público.

En efecto, que el CEIP Ciudad de Oviedo se cierre para repartir sus 266 alumnos entre 12 colegios ya saturados no es por ahorrar, esa es la excusa, lo que se busca es que la mayoría de los niños no puedan acceder a una educación pública de calidad, la única educación de calidad que buscan es la de los privilegiados que pueden pagarlo en la educación privada. Pero esto no queda ahí, el Ayuntamiento de Torrevieja subvenciona el 65% del transporte escolar de un centro de pago, privado-concertado y religioso como La Purísima, el mismo porcentaje que subvenciona del transporte escolar de las escuelas públicas del municipio. Por tanto, el año que viene, las niñas y niños del Ciudad de Oviedo no sólo pierden el colegio donde han conocido a sus amigos y al que pueden ir andando, sino que van a unas aulas masificadas a las que para llegar tendrán que repagar el autobús y, si no pueden permitírselo, tendrán que buscarse la vida para llegar. Mientras, estas mismas familias pagan el 65% del autobús de otras familias, las privilegiadas del pueblo, familias que si pueden pagar un colegio concertado. Este tipo de políticas son la prueba irrefutable de que las clases sociales y el uso de la educación para perpetuar la desigualdad la tenemos en los sillones de gobierno.

Para Izquierda Unida, la educación es el reflejo de la manera de ver la vida, la sociedad y como estas deben desarrollarse de cada uno de nosotros, pero cada individuo debe ser capaz de desarrollar su propia visión de manera libre y para eso el sistema, el Estado, debe crear un sistema educativo que facilite los instrumentos este desarrollo de la personalidad. Y esto debe lograse sin clases sociales, sin diferencias por la capacidad económica, algo que sólo puede alcanzar la educación pública, la de todas y todos. Sólo un sistema educativo confeccionado con la participación de la comunidad educativa, estable para dar sus frutos, libre de influencias partidistas y con la inversión necesaria puede alcanzar este objetivo. Ninguno de estos elementos se cumplen en España, nosotros seguiremos luchando porque así sea.

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