“Prometen soluciones, pero pasa el tiempo y estamos igual de mal, o peor”. Esquerra Unida Vega Baja

Una catástrofe sin precedentes ha ocasionado la gota fría en nuestra comarca, aunque en la memoria queda la riada de 1987 y otras anteriores y posteriores de nefasto recuerdo. Las necesidades de la Vega Baja asolada por este pseudo-huracán mediterráneo son muchas y perentorias. Las viviendas y enseres de bastantes familias, las infraestructuras de todo tipo, las empresas e industrias de nuestra tierra, las cuantiosas pérdidas en cosechas y cultivos de esta maltratada huerta. Y, como nota muy grave, el precio pagado en vidas humanas.
Este fenómeno meteorológico ha dejado quebrada a esta zona del sureste, cuyas consecuencias son imprevisibles e incontrolables en toda su envergadura y extensión, pero sí remediable en algunos aspectos que nuestros gobernantes no atienden, de los cuales son responsables directos.
Es la nuestra una historia dramática que periódicamente padecemos los habitantes y el territorio de esta comarca. Al calor del drama y contemplando todos los destrozos de este vendaval de lluvia, los máximos responsables de las administraciones siempre nos visitan y comprueban la desolación que nos hunde y aterra. Prometen soluciones, pero pasa el tiempo y estamos igual de mal, o peor. La muestra más reciente la tenemos en el temporal de finales de 2016. En esas fechas la gota fría nos dejó una media de 200L/m2 y en algunas zonas se alcanzaron los 500 L/m2. Los sindicatos agrarios plantearon al Ministerio y a la Conselleria de Agricultura trazar una red de mini-embalses para almacenar agua que en momentos de descargas torrenciales van irremediablemente al mar, como podemos comprobar una y otra vez con el río Segura. Sobre esta cuestión no transcurrirá mucho tiempo y comenzarán las restricciones y hemos visto como el mar se ha tragado 2800 Hm3 de agua imprescindible para nuestro regadío tradicional.
La promesa de la Conselleria fue entonces acometer la construcción de medianos y pequeños embalses para recoger el agua de la crecida. El plan contemplaba igualmente la propuesta de acondicionar las ramblas que evacuan su caudal de forma violenta y tumultuosa.
Estos pantanos serían de tamaño medio, capaces de almacenar entre 1 y 3 hm3. Uno de estos embalses se realizaría cerca de la desembocadura del río Segura. Afirmaba entonces el Director General del Agua que iba a pedir ya a los servicios técnicos de la Conselleria un estudio de consultoría para diseñar la viabilidad de los embalses, que ocuparían unos 100.000 m2 con una profundidad de 20 m, enfatizando incluso que este sería un proyecto viable y razonable.
Desde Izquierda Unida-Vega Baja preguntamos, si entonces el proyecto era deseable y necesario, qué han hecho los responsables de la Generalitat al respecto en estos casi tres años transcurridos. El Presidente Ximo Puig eleva la propuesta de un Plan Marshall para recuperar la Vega Baja. Esto no parece que concuerde mucho con los 774 millones de euros que Pedro Sánchez ha decretado para 20 provincias que han sufrido incendios, inundaciones, temporales, etc.
Y, además, preguntamos:
¿Por qué la CHS no atiende los informes de los regantes sobre la grave situación del cauce y algunos puntos de las motas del río Segura?
En nuestra misma comarca disponemos del embalse de La Pedrera con capacidad para 246 hm3 y que ahora solo almacena 66 hm3. El pantano de Santomera contribuyó con un desembalse forzoso a la inundación de la Vega Baja. ¿No es viable trasvasar caudales del uno al otro?
¿Y aliviar al río Segura derivando agua a la Pedrera?
Manifestamos de nuevo nuestro apoyo a la plataforma Segura Transparente en su lucha por que la Fiscalía investigue las responsabilidades pertinentes en este nuevo episodio de abandono que sufre la Vega Baja por parte de la CHS.
Asimismo, nuestra solidaridad con los Juzgados de Aguas y Comunidades de Regantes en su iniciativa de ejercer acciones penales contra la CHS.
La Vega Baja no puede soportar más el desprecio que sufre. Defendemos una democracia igual para todos, la monarquía de Alfonso XIII hace años que terminó. Fuera el caciquismo de la huerta; los regantes son ciudadanos con los mismos derechos que el conjunto de los españoles.