TEXTO L.C.I.

ORIHUELA 14-03-2019

 La protección del arbolado, y especialmente de nuestras Palmeras, es un reto fundamental para Orihuela. No sólo por una cuestión simbólica, paisajística o identitaria (duele ese cambio de paisaje). Proteger nuestro arbolado, es también parte de la lucha contra la contaminación y el cambio climático, una fuente de creación de empleo, y una transición hacia un ecosistema urbano más habitables y sostenible.

No sería justo, ni honesto, hacer oposición facilona con este tema, ni decir que “todo” es culpa del actual gobierno. Pero es evidente que en esta legislatura no se han diseñado, ni ejecutado, políticas de protección del patrimonio natural -histórico también en el caso de muchas de nuestras palmeras y arbolado- ni se ha establecido estrategia, ni táctica, ni nada, de prevención eficiente contra la plaga del picudo rojo. Una vez más se ha recurrido a la improvisación e incluso al desmán con tratamientos y aplicaciones irracionales, e incluso, y probablemente, irregulares.

De hecho, desde Cambiemos Orihuela, denunciamos el año pasado que uno de los últimos contratos adjudicados para el Palmeral ofrece un tratamiento deficitario e inadecuado contra el picudo rojo. También hemos hecho propuestas constructivas al Pleno para la reforestación del municipio con flora autóctona, o la catalogación y protección de árboles monumentales, propuestas sistemáticamente ignoradas.

Necesitamos un abordaje integral coordinado, y sobre todo ambicioso (también en términos de inversión económica) para que Orihuela pueda volver a recitar orgullosa los versos de Miguel Hernández: «…alto soy de mira a las Palmeras».