“EN CORTÍSIMO Y POR DERECHO: EL BELÉN DE LOS AUSENTES “

 El Cojense

 

DOMINGO 16-12-2018

 En la plaza de San Jaime, de Barcelona, con la brillante (derivada en este caso de brillantina para el pelo) idea del escenógrafo Sebastián Brosa, a quien tengo el gusto de no conocer, se ha montado por el Ayuntamiento lo que dice ser un Belén, pero como está sin Niño Jesús, sin Virgen, sin San José, y sin buey ni mula, dejando los espacios vacíos, a mi me parece, simplemente, y así lo titulo porque me da la gana, EL BELÉN DE LOS AUSENTES.

            Pero resulta que semejante patochada, digna por demás de la inefable alcaldesa de la ciudad, a quien debe parecerle original la idea -lo mismo que al que supongo la ha parido, el señor Brosa-, no tiene nada de original ni de nueva porque es viejísima, y les diré por qué: Aunque ya no tengo la revista, en aquellos tebeos de la posguerra que costaban dos o tres reales de peseta (ventajas tiene a veces ser viejo) se publicó un chiste -entonces llamado chascarrillo por el vulgo- que decía más o menos así: En un concurso de pintura había expuesto un cuadro que solo tenía el marco con su tela en blanco bajo el lema “LOS HEBREOS CRUZANDO EL MAR ROJO, PERSEGUIDOS POR LOS EGIPCIOS”. Llegado el jurado calificador ante la obra preguntó con extrañeza al autor qué significaba aquello, pues no se veían las figuras de los hebreos ni de los egipcios, ni siquiera el mar, o sea, absolutamente nada, a lo que al autor contestó: -Pues claro. El cuadro recoge el preciso instante en que el mar se ha separado, y por eso no se ve; los hebreos y los egipcios tampoco se ven porque los unos ya han pasado y los otros no han llegado.

            Pues, sí, señor Brosa, y señora Colau, su patrocinadora: Lo de ustedes es la copia tardía de este viejo chiste de los años cuarenta del siglo pasado, pero materializada y pagada con el dinero de todos, otra chorrada semejante, otro cuadro en blanco sin figuras, solo que aquél figuraba en un tebeo que costaba dos o tres reales de peseta, y este, construido con pretensiones artísticas y expuesto en una plaza pública, ustedes sabrán.

            Y obvio es decir que el original, por poco que valga, vale más que la copia.