“EL COLMO DE LA DES[FACHA]TEZ”

CNT ELCHE”

-Vox denuncia ante la Justicia las campañas antifascistas de colectivos y partidos de la provincia de Alicante.

-Vox denuncia al PCPE por “delito de odio y amenazas”.

-Vox se querella contra Torra por delitos de odio, rebelión y encubrimiento.

-Vox se querella contra Susana Díaz por un delito de odio e injurias.

-Vox anuncia querella contra Pablo Echenique por delito de odio contra los afiliados y votantes de Vox.

MARTES 11-12-2018

Resulta paradójico que una organización que basa su mensaje en un furibundo, indecente e inmoral discurso de odio, intolerancia y fundamentalismo contra toda persona que no comulgue con sus ruedas de molino, acuse a todos de “delitos de odio” contra ellos. Es la misma estupidez que emplearon sus padres cuando desde las prietas filas franquistas se acusó a los defensores de la segunda república y de la legalidad vigente del delito de “rebelión” o a los luchadores de los movimientos de resistencia contra la barbarie nazi de “terroristas” y “asesinos”, los malos siempre son los que no son sus ácolitos.

En el caso de los movimientos antifascistas de nuestra provincia es aún más escandaloso, Vox puede incitar al odio, a la intransigencia y a la intolerancia contra inmigrantes, feministas, personas LGTBIQ y “rojos de mierda” en general, pero eso no es odio, eso es ser español y amar a España. Pero si es odio el que demuestran toda esa “gentuza” organizándose para defender la dignidad y la libertad de todas las personas frente a su vomitivo discurso.

Vox trata de engañar a todo el mundo negando ser una asociación de ultraderecha incluso llama la atención la iracundia con que el líder y los simpatizantes de Vox rechazan la etiqueta de la extrema derecha, cuando no hacen otra cosa que definirla con la palabra y con la obra. Pero la realidad es tozuda y se empeña en llevarles la contraria, Vox es una banda de extrema derecha, en efecto, porque su idiosincrasia se abastece de un modelo nacionalista-confesional que apunta a la supremacía y que se recrea en la retórica identitaria en la evocación de una España grande y libre, con destellos de autoridad y de ambiciones moralizantes. Abascal y sus costaleros proscriben el aborto y el matrimonio gay, abominan del feminismo y se entrometen en las libertades individuales desde un paternalismo que huele a incienso y cuartel: Dios, patria y familia. Y quien no esté con ellos es que está dormido y no ve la realidad, haciendo gala de un fundamentalismo que ya quisieran para sí los más acérrimos descerebrados que tanto odian y a los que tanto se parecen.

Por nuestra parte lo tenemos claro, hemos estado, estamos y estaremos del lado de todas las personas que defienden los valores de la vida frente a los que adoran los valores de la muerte.