Cientos de personas participaron ayer en la jornada de protesta para que Sierra Escalona sea declarado parque natutal por parte del Gobierno Valenciano. Desde la asociación de vecinos “San Miguel Arcángel” y ASE -Asociación de Amig@s de Sierra Escalona recuerdan que el 10 de abril de 2016 realizamos la última marcha reivindicativa por la Declaración de Sierra de Escalona y Dehesa de Campoamor como Parque Natural de la Comunidad Valenciana. Después de casi dos lustros de promesas nunca materializadas, vivíamos con esperanza el recién estrenado cambio en la administración autonómica, un gobierno supuestamente más sensibilizado con la conservación medioambiental y por tanto más proclive a la declaración del Parque. Durante el año y medio transcurrido se han sucedido reuniones y conversaciones tanto con técnicos y políticos de la Administración Autonómica como con políticos, propietarios y representantes de las Administraciones locales afectadas por la declaración del Parque. En esas conversaciones se planteó la declaración de la sierra como Paisaje Protegido como paso previo a la declaración de Parque, planteamiento que fue aceptado por las asociaciones convocantes con la finalidad de desencallar un procedimiento atascado en demasía. Sin embargo, unas veces por motivos jurídicos y otras por causas económicas, poco o nada se ha avanzado en el objetivo pretendido y compartido por todas las personas aquí reunidas se explica desde la asociación de vecinos “San Miguel Arcángel” y ASE -Asociación de Amig@s de Sierra Escalona. Mientras tanto las asociaciones convocantes han denunciado continuas agresiones medioambientales en zona LIC y zona ZEPA de Sierra de Escalona y Dehesa de Campoamor. La zona ZEPA ha sido materialmente machacada en municipios como San Miguel de Salinas, donde decenas de hectáreas de secano han sido transformadas en regadío. Las transformaciones agrícolas, paradójicamente en épocas de extrema sequía, y el vertido de escombros sin control han sustituido al urbanismo en su función depredadora del paisaje en los últimos años. Estas denuncias, por la simple constatación directa de los hechos, parece que quedan en papel mojado. Sólo sirven para retardar la ejecución de las obras y dejar en evidencia y mal lugar a la parte denunciante. Mientras que los denunciantes arriesgan su prestigio y reputación con presiones que, a veces, han podido llegar a mayores, pasado un tiempo los promotores continúan con el desarrollo de las mismas sin mayores consecuencias conocidas que su retraso. En cuestiones medioambientales resulta muy barato la infracción de la legalidad vigente. Nos sentimos desamparados por la actuación del gobierno local y autonómico ante situaciones como estas, en apariencia simples, que no requieren ni inversión económica ni suponen complicación jurídica alguna y que sólo precisan voluntad política para aplicar la legislación vigente y poner orden en esta sinrazón.
El gobierno valenciano mantiene una posición ambivalente en cuanto a las políticas agrícolas y conservacionistas y la aplicación de los fondos europeos. Por un lado, financia, en épocas de prolongada sequía como ésta, transformaciones agrarias de secano en regadío en zona ZEPA con fondos europeos y por otro lado, dice estar comprometido con la conservación de los valores naturales de estos territorios que, a su vez, reciben fondos europeos para su conservación. En realidad, dentro de la misma Consellería se aplican prácticas contrarias y antagónicas. La Consellería, normalmente se pone de perfil a la hora de combatir unas actuaciones que transforman a pasos agigantados y degradan un paisaje que se pretende conservar. Estas prácticas de transformación del paisaje, están comandadas por grandes empresas que realizan una explotación intensiva que esquilma el suelo y sus recursos y destruye el paisaje tradicional.
Desaparece el pequeño agricultor que durante siglos ha dado vida a estos paisajes y con él, también desaparece su hábitat cultural: casas de campo tradicionales, caminos, elementos relacionados con la cultura del agua, como los aljibes, o prácticas artesanales ligados a oficios típicos como el trabajo del esparto, el yeso, cría de animales y otros elementos claves del paisaje natural como los cultivos de secano, el trabajo forestal, etc. Como expresa el geógrafo Martínez del Pisón “Cualquier amputación en ese paisaje interiorizado y vivido, supone asimismo una mutilación del yo, lo perciba o no quien lo experimenta”. Desde las asociaciones convocantes no queremos que la dejadez y desidia administrativa nos arrebate esta valiosa joya natural. La conservación de este espacio natural y su legado para futuras generaciones es nuestro compromiso. Es una tarea noble y generosa, que nos humaniza y hace que, en los momentos en los que parece que no se avanza, nos mantengamos con más ilusión y ganas, si cabe, que en el principio. Por este motivo, nos comprometemos a continuar luchando con todas nuestras fuerzas para conseguir la protección de este enclave y, a su vez, pedimos, encarecidamente, vuestro apoyo, como hasta ahora, en las futuras acciones reivindicativas que tenemos programadas si, de inmediato, no se impulsa, decididamente, desde las administraciones públicas el procedimiento de conservación de nuestra querida Sierra.