-Gobierno justifica la Cruz del Mérito Policial al Cristo de la Buena Muerte

-Mulet afirma que estas acciones son más propias del nacionalcatolicismo.

 TEXTO L.C.I.

JUEVES 06-09-2017

 El portavoz de Compromís en el Senado, Carles Mulet, registró esta pregunta escrita:

El Ministerio del Interior ha seguido los pasos integristas de su predecesor, y ha otorgado La Cruz al Mérito Policial con Distintivo Blanco a la cofradía del Cristo de la Buena Muerte.

Por ello se pregunta:

-¿Qué méritos policiales han hecho merecedor al Cristo de la Buena Muerte de esta medalla?

– ¿Acudirá el Cristo de la Buena Muerte a recoger dicha condecoración?

– La Ley de 1964 que regula la concesión de medallas en la Policía señala que un civil podrá recibir tal condecoración si ha protagonizado “cualquier hecho que evidencia un alto sentido del patriotismo o de la lealtad con prestigio para la Corporación o utilidad para el servicio”; si “ha sobresalido en su empleo o cargo y eso ha redundado también en beneficio de la Policía; o si se ha distinguido “de cualquier modo no previsto” con las citadas consecuencias. ¿Cuáles de estos requisitos se  han cumplido?

 -¿No existían personas físicas con más méritos para obtener estas consideraciones que el Cristo de la Buena Muerte?.

 La respuesta del Gobierno se limita a :

 En relación con la pregunta formulada, se informa que el destinatario último de la condecoración fue la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, con personalidad jurídica propia. En este sentido, y al ser una potestad de la Administración con carácter discrecional, no ha existido irracionalidad o arbitrariedad en la concesión de la misma.

Para Mulet “obviamente esta condecoración atenta contra la ley de 1964 de concesión de medallas de mérito policial, le hemos preguntado en base a cuál de los supuestos se ha acogido el ministro para otorgar esta medalla, y no ha podido contestar nada. Desgraciadamente a pesar de existir civiles ejemplares, que se han esforzado por el beneficio común de la sociedad, tenemos una panda de ministros de interior que condecoran vírgenes y cristos. Estos actos, en un estado aconfesional y moderno, son absurdos, ridículos y atenta contra el propio espíritu  constitucional y lo que nos responden, es poco más que al ser una potestad discrecional, hacen con estas condecoraciones lo que les da la gana”

Según Mulet, “el integrismo religioso, el radicalismo nacionalcatólico del PP se dedica a imponer su visión de los años 40 a una sociedad como la actual. Las creencias religiosas son todas respetables mientras respeten los derechos humanos, la igualdad y la legislación en vigor, y los ministros puede actuar como ultras del OPUS en su tiempo libre, como ciudadanos pero no como cargos públicos. Imponer medallas policiales a figuras religiosas es propio de otro tipo de regímenes”