TEXTO L.C.I.

MIÉRCOLES 23-08-2017

El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, ha recibido  en Sevilla a los padres adoptivos de Maloma Morales, Pepe Morales y Mari Carmen de Matos, para analizar conjuntamente la situación de la joven española, privada de libertad contra su voluntad desde el 12 de diciembre de 2015 por su familia biológica en los campamentos saharauis de Tinduf, Argelia. Junto con explicarles que ha habido motivos internos que han imposibilitado una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso María Dastis, totalmente ajenas al caso de Maloma, Sanz les ha asegurado que, una vez se reanude el curso político, se agilizará el trámite para que ese encuentro se produzca. “Para nosotros ha sido como recibir un espaldarazo del Gobierno, porque ahora sabemos que están trabajando seriamente para protegerla y no sólo a Maloma sino a las demás también, que, como ya nos confirmó el MAEC, son casos que no les pueden ser ajenos, porque son residentes de larga duración en nuestro país”, asegura Pepe Morales.
Morales reconoce que el delegado del Gobierno le ha escuchado “con atención y tomando nota de todo”, ya que en esta reunión le han trasladado todas sus inquietudes, con vistas a que Sanz, a su vez, lo ponga en conocimiento del Ministerio. “Le he dicho que la demostración más clara de que Maloma no es libre es que no la acompañan a Argel a declarar en la Embajada de España, libre, a solas y con seguridad y garantías de que va a poder ejercer sus derechos, sea cual sea su decisión”, declara Pepe Morales, que se preguntaba “si acaso el Gobierno no estaba teniendo esto en cuenta y podría poner en duda que Maloma esté privada de libertad”, cuestión que ahora descarta, habida cuenta de que, tras esta conversación con Sanz, considera que “tengo claro que el Gobierno está trabajando, a pesar de la complejidad de la situación, y es consciente de que llevamos más de un mes sin poder hablar con ella, ya que no puede llamar, ni tener teléfono propio, tampoco puede recibir visitas, si no es previo permiso del Polisario, de la tribu y del hermano. También le confirmamos a Sanz que ponemos en duda que esté casada, porque sería el teléfono del marido al que tendríamos que llamar y no es así”.
Según explica Pepe Morales, le ha podido trasladar también su preocupación por la salud de Maloma, porque “no tenemos ninguna razón para poner en duda la información respecto a su intento de suicidio”, ya que la intervención del Dr. Calatayud, que la visitó en la casa familiar en el campamento de Smara, no ha sido en absoluto reveladora en ese aspecto. De hecho, el propio Dr. Calatayud ha reconocido públicamente que “sólo comprobó que Maloma no estaba en el hospital el día que salió la noticia” y que “no puede decir si pudo haber estado ingresada días antes”. La vio “normal”, pero no le hizo ningún chequeo, aunque sí reconoció en su perfil de una red social que “él no fue el autor de esa grabación, pero que sí estuvo presente”. Para el padre adoptivo de Maloma, “esto demuestra que, una vez más, no estaba sola y que la presencia de su familia biológica la presiona y fuerza a decir esas palabras. Cuando las repita a solas y fuera de los campamentos, la creeremos”.
Pepe Morales le ha insistido al delegado del Gobierno en que “se deberían tomar medidas con las personas que la visitan mientras está secuestrada, sobre todo cuando existe una denuncia policial y judicial por este delito”, que la propia Maloma ha ratificado en una entrevista al diario EL PAÍS, asegurando que “todo ocurrió tal como yo lo describí”. Siendo así, Morales afirma que “hasta que no se solucione este hecho y se depuren responsabilidades, no se puede de ninguna manera dar por terminado el secuestro como tal”. El padre adoptivo de Maloma ha insistido también en que “el de Maloma es el único caso de secuestro de una ciudadana española en los campamentos, pero que tres más denunciados ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, son que los de Darya Embarek Selma, Nadjiba Mohamed Belkacem y Koria Badbad Hafed, junto a otro casi medio centenar de mujeres retenidas contra su voluntad en el Sahara, que no se han hecho públicos porque tienen miedo a sufrir represalias”.
Por último, la familia Morales ha insistido a Antonio Sanz en que transmita al Gobierno que “hay acompañar a Maloma, Darya, Koria y Nadjiba a la Embajada española, donde puedan expresarse libremente y ejercer su derecho a llevar a cabo su decisión, independientemente de cuál sea”. Todo ello ha quedado reflejado en una carta que Pepe Morales ha entregado a Sanz, para que le sea remitida al ministro Dastis por conducto oficial.