“DE NUESTRO EXCESOS Y EGOISMOS”. Antonio Martínez Charcos
“DE NUESTRO EXCESOS Y EGOISMOS”
(elegía)
Antonio Martínez Charcos
VIERNES 19-05-2017
FORMENTERA DEL SEGURA
En medio de este inmenso revoltijo
que es esta laberíntica maraña
en que este Mundo hoy se ha convertido
tan lleno de mentiras y de trampas,
de cánticos sirénidos y ofidios
que venden humos negros por las plazas,
no siempre elige uno en su camino
la opción que le conviene y más le agrada
ni quién su compañero y su vecino
ni quién rige sus pasos en la marcha,
pues suelen presentarse mil motivos
que a veces al humano sobrepasan.
Mas, es el corazón, por su capricho
y falta de razón y de templanza
quien toma decisiones y albedríos
por mor de libertad no bien usada
y embiste con la fuerza de un novillo
llegando al corvejón su mete pata
y aguanta el gran dolor del desatino
aun yendo en detrimento de sus lágrimas.
Es luego de la marcha de los nimbos
que portan tras de sí las lluvias ácidas
y los truenos lejanos de alto ruido
y los rayos que queman las entrañas,
que admiramos la fuerza del Altísimo
al ver el nuevo sol en lontananza
y entendemos, entonces, por descuido,
que el Hombre es una brizna de la paja,
como un gran torreón hecho en palillos
y un gran rey de cartón de espada falsa
que en el suelo se quiebra en mil añicos
si una brisa süave se levanta.
Al ver al Cristo Rey con esos pinchos
en lo alto de su testa coronada
siendo el Dios Supremo, el Uno y Trino,
el Dios de los Ejércitos con alas,
que incluso se hizo hombre redivivo
y aquí bajó a esta Tierra por salvarla,
comprendo la altivez del individuo
y la mucha soberbia que le aplasta
pues devuelve el favor con egoísmos
y le niega el amor y hasta las gracias
olvidando que es Él el juez divino
que dicta si condena o si nos salva.
Una brecha, igual que un precipicio,
tan grande que le cabe una montaña
que ha hecho nuestro orgullo y snobismo
y parte en la mitad a nuestras almas,
transitamos inermes al peligro
de dar un paso en falso hacia la nada
y meternos en ese remolino
y en la eterna espiral de los apátridas
que andan sin amor ni rumbo fijo
ni perro que le ladre ante la Parca.