TEXTO L.C.I/E. DE GEA

FOTOS AYTO/E.D.G.

Plaza-Vaillo

ALMORADÍ 10-04-2017

A las once de la mañana del pasado sábado se dedicaba, oficialmente, el nombre de la Plaza situada frente a la estación de autobuses al Alcalde Ángel Vaíllo Pastor, tras acuerdo plenario del 29 de noviembre de 2016. Un reconocimiento, al último alcalde republicano de Almoradí que viene a unirse al ya celebrado en el salón de plenos en  2010, año en el  que recibió el homenaje público de todo el municipio , tras el hallazgo de sus restos -por parte de su nieto Ángel- en la prisión de San Cristóbal en Ansoaín (Pamplona), donde había muerto de tuberculosis en 1945, como otros tantos represaliados por la dictadura franquista a la edad de 53 años, y tras un largo periplo de posguerra por diferentes cárceles.

2010-06-26_IMG_2010-06-19_04.42.01__S1001VEGA.jpgEl 18 de julio de 2010 los restos mortales del Ángel Vaíllo presidieron por espacio de tres horas el salón de actos del Ayuntamiento. Pasadas las seis de la tarde recibieron un sentido homenaje en el que participó toda la Corporación municipal -PP, PSOE y IU-, junto a familiares, entre los que se encontraban sus hijos, Vicente y María Teresa, nietos, bisnietos y otros amigos y vecinos del municipio. Un ramo flores, con los colores de la República, presidía el féretro que contenía sus huesos.

Su hija María Teresa Vaíllo aseguró entonces que “no esperaba tanto”. Poco minutos antes, los nietos del ex alcalde homenajeado habían colocado una fotografía de él en una de las dependencias del Ayuntamiento junto a la de otros alcaldes. Imágenes que se convierten en la memoria viva de Almoradí y que hasta ayer le faltaba uno de sus artífices. Muchos de los presentes en el acto cívico, al que se le quiso hurtar todo color político, tenían pegatinas donde se podía leer: “Bienvenido a casa”, pues los restos mortales de Vaíllo estaban enterrados en la antigua prisión de San Cristóbal, en Pamplona. “Ahora, explicaron algunos de los presentes- sólo queda que, al igual que lo ocurrido con el poeta Miguel Hernández- se declare nula la sentencia que lo envió a prisión”. Vaíllo no fue fusilado porque se le conmutó la pena gracias a la intermediación de personas de derechas que intentaron defenderlo al concluir la contienda bélica porque el alcalde también había sido bueno antes con ellos y con sus familias. Vaíllo, finalmente, murió en prisión de tuberculosis. IMG_20170410_175600

El entonces alcalde de Almoradí, Antonio Ángel Hurtado, fue el único miembro de la Corporación en intervenir en el homenaje y destacó “su labor social durante su periodo como juez de Paz y alcalde y aseguró que desde hoy sus restos reposarán en su tierra, junto a sus familiares y herederos”.
El acto se trasladaría posteriormente a la iglesia de San Andrés. Allí, el cura-párroco que glosó en la homilía, Juan José Rebollo, quien curiosamente es hijo de otro alcalde republicano de Almoradí y también represaliado por el Franquismo, dijo: “Nos alegramos de que se lleve a cabo esta rehabilitación, ya que Ángel Vaíllo se solidarizó con los perdedores”. También ya en el templo, su nieto, Vicente Vaíllo, leyó un escrito donde recordó los versos del Beltor Brecht: “Abuelo, luchaste toda la vida, por eso eres de los imprescindibles” para añadir a continuación: “Perdistes junto a muchos la guerra cruel, que no se debería repetir y pagasteis un alto precio, pero nunca perdisteis la dignidad. Si alguien la pierde es el que tortura y mata por lo que se le debe recordar como una persona que luchó, sufrió y murió por atreverse a defender sus ideales”.

El nieto de Vaíllo recordó una de las primeras decisiones de su abuelo tras ser elegido alcalde, como fue el modificar los acuerdos de la Corporación anterior de destinar fondos para ampliar el Cuartel de la guardia Civil y destinarlos a la construcción de escuela para niños y niñas en cada uno de los barrios de Almoradí.
Las palabras del nieto de Angel Vaíllo hicieron correr las lágrimas de muchos de los presentes tras recordar a su padre y a una prima, ya fallecidos, asegurando que “he cumplido mi palabra de traer los restos del abuelo”.