TEXTO L.C.I.

MIGUEL DE SALINAS 04-11-20163

La parroquia de San Miguel, la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), un grupo de emigrantes y la asociación de vecinos “San Miguel Arcángel” organizan para el próximo viernes, 4 de noviembre a las 8 de la tarde en la Plaza de la Iglesia, un acto público para reivindicar un trabajo decente para todos y todas. Con este gesto se unen a la Campaña Internacional por el Trabajo Decente, que se celebra todos los años alrededor del 7 de octubre.

Con este gesto los convocantes denuncian que 481.494 personas estaban paradas en la Comunidad Valenciana en el mes de agosto, de las cuales el 47, 3 % eran jóvenes menores de 25 años; el aumento de <<trabajadores pobres>>, que, según la Carta Social Europea, son los que ganan menos de 856 euros netos mensuales, que es el 60 % de la renta media del país en 2015 y el “abultado” volumen de precariedad en España con un incremento de la temporalidad, que ha  aumentado las desigualdades y reducido la protección.

A su vez cada vez –advierten- hay más personas excluidas del mercado de trabajo, otras con unas condiciones laborales indignas, muchas trabajando en la economía sumergida y muchos jóvenes que siguen sufriendo una falta de perspectivas laborales que les angustian. La tasa de riesgo de pobreza en España en 2016 afecta a 13 millones de personas, según la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza. De ésos, 3 millones de personas se encuentran en una situación de privación material severa con dificultades para alimentarse adecuadamente o hacer frente a los gastos habituales de la vivienda. En la Comunidad Valenciana  el 34,7 %  de la población está en riesgo de pobreza y/o exclusión. De esos un 8% vive en una pobreza extrema, con ingresos inferiores a 332 euros mensuales.

Con este acto los convocantes reivindican el papel fundamental y decisivo del trabajo en la vida personal, familiar y social de la ciudadanía. El trabajo es un bien y un derecho fundamental de toda persona, vinculado a la dignidad humana. Para la OIT un ‘régimen de trabajo realmente humano’ es aquel que contempla una duración máxima de la jornada de trabajo, garantía de un salario vital adecuado, protección contra las enfermedades y accidentes laborales, pensiones de vejez e invalidez, protección de niños y adolescentes y de los intereses de los trabajadores migrantes, el principio de igual salario por un trabajo de igual valor, y la libertad sindical.

Así mismo afirman que la economía no puede ser nunca un absoluto y que debe estar siempre al servicio de las personas. La rentabilidad económica y, por tanto, el precio que tenga en el mercado no puede ser nunca, ni el único ni el último criterio de valoración del trabajo. Reclaman que se dé la importancia merecida al trabajo digno para todos y a los derechos de las personas más empobrecidas.