TEXTO Y FOTOS E. DE GEA

ROJALES 12-09-2016img_2175

Los aproximadamente 700 escolares y profesores del Colegio Público Poeta Miguel Hernández de Rojales han iniciado el nuevo curso escolar entre vallas metálicas, camiones, grúas, ruidos y obras. También con la disminución de zonas deportivas y de recreo, y la ocupación de aulas, por la falta de espacio, que estaban destinadas a biblioteca, música, inglés e informática. Además, una parte de escolares no han podido iniciar las clases debido a que cuatro aulas prefabricadas no están todavía acondicionadas. Se espera que el lunes puedan ser ocupadas.

Esta situación que vive el único colegio público de Rojales, municipio con 18.263 habitantes de  83 nacionalidades diferentes, se debe al inicio hace un mes de las obras del nuevo colegio que se ubica en la misma parcela que el actual.img_2149

Los trabajos que ejecuta la Conselleria de Educación consisten en la construcción de un nuevo edificio principal que se sitúa en lo que eran pistas deportivas. Tres edificios independientes donde habían 12 aulas están ahora inservibles para su cometido al ser objeto de una reconstrucción casi total ya que solo se han dejado las paredes exteriores. La zona anexa deportivas también esta inutilizada por los trabajos.

Estas tres dependencias, según fuentes consultadas podrían entrar en funcionamiento  a finales de año mientras que el plazo de ejecución del nuevo complejo educativo está previsto finalice en 23 meses. Es decir, que si todo marcha bien y no hay problemas imprevistos durante el actual curso y el próximo, los escolares y sus profesores tendrán que recibir o dar clases en estas condiciones.img_2167

La concejal de Educación Tatiana Cañizares (PSOE) explica que la actual situación se debe a décadas de falta de interés por parte del Gobierno Valenciano. “Es una situación difícil pero desde el Ayuntamiento estamos colaborando con la conselleria en todo lo que nos pide”. La también profesora indica que las medidas de seguridad en el centro son extremas  para poder compaginar obras y educación sin riegos.

El colegio ahora en construcción se proyectó en 2009 con puesta de primera piedra incluida pero fue el pasado mes de agosto cuando se iniciaron las obras.

EDIFICIO PELIGROSOimg_2152

La comunidad educativa de Rojales y sus representantes políticos vienen reclamando la construcción de un nuevo centro desde hace unos 15 años ya que el actual, fue edificado hace más de 40 años y presenta un gran deterioro.

Pero los problemas del colegio de Rojales son más. El edificio principal que alberga la mayoría de aulas será derribado tras levantarse el nuevo. En el año 2010 un informe elaborado por técnicos del Ayuntamiento de Rojales y remitido a la Consellería de Educación denunciaba que este edificio “no cumple prácticamente con ninguno de los requisitos” de la Ley de Ordenación de la Edificación relativos a la funcionalidad, a la seguridad y a la habitabilidad. Añadía que no reúne las condiciones necesarias para garantizar la seguridad de sus ocupantes ante un posible incendio, y alertaba  de las carencias de la instalación eléctrica con “una potencia total insuficiente para que puedan funcionar a todas las estufas, produciéndose numerosos cortes”.

Acerca de los elementos estructurales, el estudio indicaba que  presentan deterioro como en el caso de los parasoles de hormigón armado, que protegen el pasillo de acceso a las aulas, donde se han producido desprendimientos. Además se destaca el “importante” deterioro de las armaduras de los elementos, que presentan “peligro de caída” por lo que hay zonas cerradas a los escolares.img_2171

Acerca de las goteras de los techos se indicaba que a pesar de las periódicas reparaciones puntuales “sería necesaria una reparación global”, mediante una nueva impermeabilización total de la cubierta, al igual que en el gimnasio.

Finalmente  alertaba de que pabellones escolares vierten en una fosa séptica situada en el patio de los juegos, lo que constituye, “un foco de insalubridad que debería eliminarse a la mayor brevedad posible”.

A lo largo de los últimos años se han producido numerosos desprendimientos de material constructivo. Algunas veces con piezas de más de 5 kilos. Un niño resultó herido leve al caer un azulejo del aseo