“Tras el 20D (I parte) Cordón sanitario contra Podemos

Pepe Lópezlogo

Con los resultados electorales del 20D en la mano, eso que predictiva y despreciativamente llamase “lío” el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ya se adivinan algunos hilos del ovillo. Y uno, y no menor (veremos a ver lo que da de sí en los próximos días y semanas) es el cordón sanitario preventivo que las fuerzas del “régimen” están levantando entorno a Podemos y a las candidaturas de la confluencia.

Primero fue la gran patronal. Sin disimulo pidió la Gran Coalición como forma (¿única?) de gobierno. Después le siguió el ciudadano Albert Rivera ha apostado por un “acuerdo de país” entre PP, PSOE y él mismo, eso sí, con la excusa de la gobernabilidad y el tan socorrido interés general, si es que tal cosa existiese.

Tampoco es nada despreciable el acoso que, dentro y fuera de su partido, está recibiendo el también todavía general secretario del PSOE, Pedro Sánchez.

Desde dentro, la sombra de la baronesa andaluza es más que alargada. Susana Díaz marca territorio y enseña el camino. “En Andalucía las cosas nos han ido bien porque tenemos un proyecto”, fue su análisis. ¿Y el camino? Dejar gobernar al PP (y se supone que a Mariano Rajoy) y encabezar la oposición, a la espera de que el tiempo y el clima amaine, palabras muy aplaudidas por algunos barones que avistan cambio interno y se posicionan en el “ordene y mande” del futuro por venir.

Desde fuera, el PP le ha ofrecido a Sánchez a través de las páginas del diario El País cicuta para sus males: presidencia del Congreso, reforma (¿o reformita?) de la Constitución para volver el 135 a la posición de salida a cambio su abstención en la investidura. Que haya sido desmentida tal oferta poco importa, éstas cosas funcionan así y El País y Juan Luis Cebrián bien saben que nada mejor para sus intereses (que él trata de hacerlos coincidir con los del país entero) que la reedición germana del pacto conservador-socialista. Sánchez resiste. “Voy a intentar formar gobierno”, dice que le dijo ayer a Rajoy. Veremos si la cuerda aguanta.

Pero que nadie se lleve a engaño. El objetivo final, nunca reconocido, es o parece solo uno: aislar a Pablo Iglesias y a su alegre muchachada de Podemos y a las fuerzas del cambio que con ellos viajan. Que gobiernen Madrid, Barcelona, Valencia, Cádiz…, vale, pero que sienten sus posaderas en los aledaños del Palacio de la Moncloa y se atrevan a levantar algunas alfombras, eso ya parece demasiada. En twitter @plopez58