-De las 174.000 hectáreas de cítricos, un tercio se sitúa en la Vega Baja

TEXTO E. DE GEA

24-08-2015

 Las 174.000 hectáreas de cítricos (naranjas, mandarinos y limoneros) plantados en la Comunidad Valenciana no solo aportan cada año  un beneficio económico cifrado en casi 2.000 millones anuales, si no que, además  de conformar un paisaje casi único  ayudan a disminuir  el dioxido de carbono (CO2) principal gas  que provoca el efecto invernadero. Un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ha comprobado que los “bosques” de cítricos valencianos, de los cuáles un tercio se ubican en la comarca de la Vega Baja es la   responsable de una fijación neta anual o eliminación comprendida entre 800.000 y 900.000 toneladas métricas (Tm) de CO2 producidas principalmente  por los medios de transporte  que utilizan derivados  del petróleocomo combustible.naranjas

Reseñar que una tonelada de CO2 equivale al volumen de una piscina de aproximadamente 10 metros de ancho, 25 de largo y 2 metros de profundidad.

El documento del IVIA, organismo dependiente de la  conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural  expone que la acción de los cítricos para reducir la contaminación de CO2  es un dato para tener en cuenta desde la perspectiva de la capacidad de mitigación del cambio climático que puede proporcionar nuestro sector citrícola.

El estudio ha descubierto además que el riego localizado mejora en más de un 30% la asimilación neta de CO2 en estas plantaciones con respecto al riego tradicional.

Entre otros aspectos destacables, la investigación también ha dado como resultado que la edad de la plantación es importante en la capacidad de asimilación de carbono global de la explotación. Mientras en las plantaciones jóvenes, el balance del carbono es prácticamente neutro, en un naranjo adulto de 12 años puede incorporar hasta 100 kilogramos de carbono (equivalente a más de 40 Tm ha-1 de C) en su producción primaria bruta. Este valor incluye los órganos caídos y los restos de poda producidos a lo largo de todos esos años. Globalmente, estas cifras suponen una asimilación bruta próxima a 150 Tm ha-1 de CO2.

Según el estudio, la fijación neta de carbono por hectárea en una plantación de cítricos en pleno desarrollo estaría comprendida entre 5 y 7 Tm, lo que equivale a la asimilación neta de 20-25 Tm de CO2. Después de deducir de esta cantidad el CO2 correspondiente al carbono contenido en la cosecha y al desprendido en las labores de cultivo, resulta un balance final positivo comprendido entre 5,5 y 9,0 Tm ha-1 de CO2.

El estudio desarrollado -y otros derivados del mismo en los que el IVIA se encuentra actualmente trabajando- forma parte de algunas iniciativas europeas en las que se participa activamente (Modelling European Agriculture with Climate Change for Food Security (MACSUR).