LA UNIÓ de Llauradors reclama al Gobierno reducciones fiscales para los agricultores y ganaderos valencianos a través de un exhaustivo informe La mayor parte de cultivos y subsectores ganaderos posee un índice de rendimiento neto que no se adecúa a la realidad
Adversidades climatológicas, plagas y enfermedades, crisis de precios y aumento de costes; son los principales argumentos para tenerse en cuenta
17 de febrero de 2014.- LA UNIÓ de Llauradors ha presentado a la Delegación del Gobierno y a los Ministerios de Agricultura y Hacienda un completo informe para que el Gobierno apruebe reducciones fiscales para los diferentes sectores agrícolas y ganaderos de la Comunitat Valenciana que sufrieron a lo largo del pasado año multitud de circunstancias de extraordinaria índole, desde climatológicas hasta crisis de precios o incremento generalizado de los costes de producción.
El Ministerio de Economía y Hacienda publicó en noviembre una Orden con las reducciones para la declaración de la renta del ejercicio 2013, que corresponde cumplimentar este año, y en la que no se contempla ninguna reducción general del IRPF para el sector agrario.
El informe de LA UNIÓ se basa en un informe de cada cultivo que pone de manifiesto que han ocasionado una reducción drástica de los ingresos procedentes de la actividad agraria y que conllevan la consecuente disminución de los ingresos necesarios para hacer frente a las inversiones y gastos para seguir manteniendo en activo su actividad económica y empresarial. Por tanto se precisa una adecuación de los índices de rendimiento neto de las actividades agrarias a la realidad económica del sector productor agrícola y ganadero del ejercicio 2013.
Los costes de producción no han parado de incrementarse a lo largo de todo el ejercicio, destacando el incremento de precios en productos fitosanitarios 3,1%, mantenimiento de material 2,3%, piensos 1,5%, gastos veterinarios 1,4%, servicios agrarios 0,8% y semillas y plantones 0,2%. Por su parte, las inclemencias climatológicas que han afectado gravemente los ingresos de los productores de la Comunitat Valenciana, se destacan las siguientes y con pérdidas establecidas según las indemnizaciones percibidas, teniendo en cuenta que pocos sectores agrarios superan el 60% de aseguramiento por no adaptarse a la realidad del sector el actual sistema de seguros agrarios. En cultivos como los hortícolas, frutos secos o aceite, son testimoniales las contrataciones de seguros agrarios.
Inclemencias meteorológicas del informe de LA UNIÓ
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Enero: Las rachas de viento azotaron con fuerza en Castellón y Alicante dañando la producción de cítricos, provocando rameados, pinchazos y caídas al suelo, con daños entre un 20% y el 35% en 3.725 ha y con pérdidas superiores al 1.700.000 €.
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Febrero: Helada en 500 has de frutales en la Vall d’Albaida y en la Costera, con pérdidas estimadas de 850.000 €. Reiteración de los daños en los cítricos, en este caso con daños valorados en 2.100.000 €, por vientos en la comarca Meridional de Alicante y Castellón en 4.606 hectáreas. El 28 de febrero se produjo un pedrisco con afección en el níspero de Callosa d’En Sarrià con pérdidas superiores a los 400.000 €.
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Marzo: Continua el episodio de vientos con daños en cítricos valorados en 1.200.00 € al haber afectado a más de 2.530 ha.
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Abril: Las continuas inclemencias a lo largo del ciclo del cultivo propiciaron un mal cuajado en albaricoque y ciruela, con indemnizaciones estimadas de hasta 750.000 €. Se produjo a finales de mes un pedrisco repartido por toda la Comunidad, alcanzando una previsión de daños de 4.200.000 €, que afecta a variedades tardías de naranjas, frutales, caqui y nísperos. este último con pérdidas valoradas en 1.800.000 €. Este pedrisco, y unido a las lluvias, provocaron el rajado en la cereza de la Montaña de Alicante, donde se perdió producción por valor de 1.100.000 €. En lo que al caqui se refiere las pérdidas alcanzaron en aquel momento los 690.000 € y en cítricos hasta los 2.500.000 €.
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Mayo: Durante este mes se registraron un elevado número de tormentas que provocaron pérdidas de consideración. Entre los episodios con mayor incidencia, se destaca el pedrisco de los días 15 y 16 en Valencia y el 27 en Alicante. Los daños se centraron en los cultivos de cítricos, frutales, caqui, cerezas, uva de vinificación y uva de mesa. En lo que respecta a las pérdidas estimadas, en cítricos alcanzó los 5.000.000 €, frutales llegó a 2.800.000 € de pérdidas, en caqui esta cifra llegó a los 500.000 €, mientas que en cereza se elevó a 1.450.000 €. La uva de mesa en Alicante llegó a perder más de 450.000 € y este primer pedrisco en la uva de vinificación en Utiel-Requena, alcanzó daños superiores al 1.500.000 €.
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Junio: El pedrisco de mayor intensidad tuvo lugar el día 27 afectando sobretodo a la producción cítricos la provincia de de de Castellón, concretamente en localidades como Nules, Vilavella, Artana, Betxí, Vall d’Uixó, Onda, Alcossebre y Torreblanca, donde los daños fueron muy intensos y con una estimación inicial de pérdidas superior a 6.000.000€. Además, fue importante al marchitez fisiológica en la uva de la variedad Botal en Uteil-Requena, con pérdidas de 1.800.000 €. Jérica, Gaibiel, Pavías, Higueras y Barracas también fueron términos afectados por el pedrisco en el cultivo de la almendra, hortalizas y las cerezas que estaban pendientes de recolección.
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Julio y Agosto: Los siniestros de pedrisco fueron recurrentes, con pérdidas en cítricos de 1.300.000 € y, nuevamente en la uva de vinificación de Utiel-Requena con pérdidas de más de 3.100.000 €.
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Septiembre: El 11 de septiembre se produjo un nuevo pedrisco que provocó pérdidas por unos 1.100.000 € en la uva de vinificación de las localidades de Venta del Moro y de Utiel.
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Noviembre: Se produjeron daños por vientos en cítricos en unas 2.000 hectáreas y valoradas en más de 1.000.000 €. Los daños por las heladas en el caqui ascendieron a más de 1.400.000 € y en la uva de mesa estas heladas provocaron pérdidas de más de 200.000 €.
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Diciembre: Distintos temporales de viento causaron daños en la producción de cítricos en unas 3.000 hectáreas.
A estas pérdidas indemnizadas, hay que sumar, la de aquellas explotaciones y cultivos que por diversos motivos el sistema de seguros agrarios no cubre sus expectativas y sobretodo, los daños que ha supuesto sufrir uno de los años con episodios de sequía y altas temperaturas de las últimas décadas, con incidencia directa en cultivos como los cereales, uva de vinificación, frutales y cítricos, así como en la ganadería que ha incrementado costes debido a la falta de pastos, tal y como se puede comprobar en la teledección.
En este sentido, cabe destacar las anormalmente altas temperaturas y ausencia de lluvias que se han experimentado a lo largo de los últimos cuatro meses del año que han afectado gravemente al sector citrícola, con un incremento de los costes, sobretodo de agua de riego y de tratamientos contra plagas, y una disminución del calibre que ha tenido consecuencias comerciales negativas que se han repercutido en los agricultores a través de un nivel inferior de ingresos.
Los sectores ganaderos vuelven a ser los grandes perjudicados en el tratamiento fiscal del Ministerio de Hacienda y, concretamente, los servicios de cría y engorde de aves y cerdos que tienen los índices de rendimiento más elevados del sector agrario. En este sentido, el sector de servicio de cría y engorde de aves, además del incremento de la electricidad y gas -vitales para su continuidad- ha visto como las empresas integradoras han reducido de cinco a cuatro las entradas de aves en las granjas, lo que ha conllevado una evidente disminución de la renta: menos ingresos y mayores costes fijos. Siendo este sector, junto con el porcino, los que más elevados tienen los índices de rendimiento neto.
En sectores como el ovino-caprino, vacuno y apicultura, la grave sequía ha provocado una disminución de los pastos y, en consecuencia, un mayor incremento de los costes de alimentación que no se contemplan en la tributación. En referencia a la producción de carne de conejo el sector ha experimentado unas pérdidas anormales a consecuencia de la enfermedad de la hemorragia vírica de la nueva variante y, también, por elevadas bajas de animales a consecuencia de la mixomatosis.