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TEXTO Y FOTOS JOSÉ SÁEZ CALVO

CATRAL 10-02-2014

“En aras de su gran devoción a la santa cedió la ermita de nuevo  a la iglesia”, así lo atestigua don José María García Bernabe (Catral, 1929), sacerdote que testigo ocualar del documento que así lo plasmaba.  El número 18 de “Cuadernos Historia de Catral”, correspondiente a febrero de 2014, acaba de salir a la luz coincidiendo con la festividad de Santa Águeda, y se ocupa de la “Ermita”, que ni por su situación natural ni el desarrollo del culto a la santa de Catania en esta Villa cimentan, como se ha escrito ridículamente,  un hipotético enclave paleocristiano entre los sigls II-IV, lo que resulta una hipótesis absurda para la sensatez de los catralenses…

 A principios del siglo XIX, bajo  la regencia de la reina María Cristina, su ministro Juan Álvarez de Mendizábal hizo efectiva la desamortización de bienes eclesiásticos en plenitud, y a partir de ese momento, entre todos los bienes que se pusieron  a pública subasta fue precisamente uno de ellos, la “Ermita de Santa Águeda”,  adquirida por el vecino inmediato, Pedro Ñíguez Gea “los Javielos”, pero con una peculiaridad muy singular; este comprador, en aras de su devoción a Santa Águeda, la cedió de nuevo a la Iglesia, pero con una condición, que realmente era anticanónica u opuesta a las disposiciones eclesiásticas en aquel momento, abrir una ventana desde su casa a la Ermita, para que desde ella se pudiese asistir a misa o a cualquier otro culto que se celebrase; esta ventana existe todavía como testimonio que da fe de esta realidad. El tío Pedro Ñíguez Úbeda “Javielo”, llevaba en su vieja cartera una copia del Registro que acreditaba tal verdad, la cual se la había proporcionado su pariente don Francisco de Asís Segrelles  Ñíguez, entoncesFiscal General del Tribunal Supremo. Lástima que los herederos del tío Pedro hayan ¿extraviado la cartera y los documentos que contenía?, así lo asegura como testigo ocular, don José María García Bernabé, sacerdote catrallero de pura cepa, como gusta que lo llamen. Es cierto que en obispado no consta esta propiedad, aunque el catastro lo registre como episcopal, aunque sabemos que éste no concede la posesión de inmueble o tierra; así que el reto está -dicen muchos catralenses-  en poner sobre la mesa la documentación que demuestre la pertenencia real de la Ermita de Santa Águeda, el gran símbolo cultural de Catral en toda la región.