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TEXTO: EDUARDO DE GEA

Principios de los años 90 del siglo pasado. Vivir junto al río Segura es todo un peligro para la salud. Utilizar sus aguas para cualquier fin también. El Segura es un canal de aguas residuales urbanas e industriales donde la vida brilla por su ausencia y donde es habitual ver a los vecinos de los cascos urbanos de Orihuela o Rojales ir con sus narices tapadas para evitar las emanaciones producidas por los vertidos contaminantes y los agricultores usan guantes para no entrar en contacto con las aguas. Entre los vertidos masivos destacan los que produce la ciudad de Murcia que carece de depuradora.

Es entonces cuando nacen los colectivos ciudadanos Pro-Río Orihuela, Cauce Arriba o la Plataforma Civica Comarcal Segura limpio que junto colectivos de todo tipo, ecologistas, vecinales o agrarios entre otros comienzan una lucha sin precedentes en la comarca, cuyo punto más álgido tuvo lugar en la ciudad de Murcia, donde una manifestación congregó a más de 40.000 personas.

A partir de ese momento todo empezó a cambiar para el río Segura y para los habitantes de la Vega Baja hasta llegar a la actualidad donde el cambio ha sido drástico, aunque todavía queda mucho por hacer, según apunta el que fue portavoz de Segura limpio, José Manuel López Grima. Entre otras cuestiones debido a que todavía existen las extracciones ilegales de agua destinada al riego y porque la mayoría de las depuradoras carecen de depuración terciaria. Como muestra de ello, destacar que en la comarca de la Vega Baja solo hay una o dos que aplican el tratamiento terciario. Otros asuntos por resolver son el tratamiento de los purines de los cerdos o de las aguas salinizadas.

Pese a ello el cambio ambiental experimentado por el Segura desde principios de siglo a la actualidad es radical. Los pañuelos que tapaban las narices de los ribereños desaparecieron y comenzaron a verse los primeros peces en la Vega Baja. En este caso las carpas, una especie que aguanta moderadamente bien la contaminación así como el cangrejo americano. A continuación aparecieron mújoles, ranas e incluso anguilas, especie más selectas a la hora de ocupar un ecosistema contaminado. Al mismo tiempo las orillas del río se fueron ocupando por pescadores junto con especies de aves como el martín pescador. La relativa abundancia de recursos hídricos almacenados en los embalses de la cuenca también contribuyó a la mejora porque sirvió y sirve para diluir los contaminantes todavía existentes.

Todo ello hasta llegar a este momento donde la recuperación del Segura ha dado un paso más con la localización de nutrias en la provincia de Alicante tras su desaparición en la segunda mitad del siglo pasado. Concretamente en el río Segura a su paso por el término municipal de Orihuela.

Hasta el momento se desconoce si la expansión de este mamífero ha continuado cauce abajo, hacia Guardamar del Segura. Lo cierto es que la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y a Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) han constatado el continuo avance de las nutrias a lo largo del Segura durante los últimos cuatro años.

Las huellas y excrementos de este especie junto a los restos peces y cangrejos americanos hallados en Orihuela dan muestra de ello. Un poco más arriba en el término municipal de Murcia incluso se han podido fotografiar ejemplares de esta especie con cámaras-trampa. “Hemos tenido una sorpresa muy positiva al localizar nutrias en Orihuela” asegura el jefe de servicio de la Comisaría de Aguas de la CHS, Eduardo Lafuente. Las causas de esta expansión se deben, según explica, al plan de depuración de aguas residuales iniciada hace años en la cuenca del Segura y a que, por el río están circulando los mayores caudales de los últimos 30 años como el caso del pasado año hidrólogico. “La presencia de la nutria se considera como un buen indicador ecológico; el río ha mejorado muchísimo” añade.

El problema que presenta en estos momentos el cauce del Segura en territorio alicantino para que las nutrias se establezcan de manera continúa radica en la gran presión humana en sus riberas pero sobre todo en la falta de refugios que incluso permitan su reproducción en la Vega Baja. Por ello la CHS junto con el ayuntamiento de Orihuela han entablado los primeros contactos para solucionar esta deficiencia ambiental que pasa por aumentar la vegetación en algunos lugares concretos mediante bosque de ribera o mantener los cañares. Uno de estos lugares podría ser el meandro del Molino de la Ciudad donde el ayuntamiento pretende conseguir su concesión para la instalación de un museo etnográfico, proceder a la repoblación con arbolado autóctono y crear un observatorio para aves y nutrias, según se explica desde la concejalía de Medio Ambiente.

Juan Jiménez de la Sociedad Española para la conservación y estudios de los mamíferos (SECEM) asegura que durante el último sondeo nacional de nutrias(2004-2006), la especie recuperó territorio perdido en prácticamente todas las cuencas fluviales quedando unos huecos de total ausencia de este especie, en la provincia de Alicante. “Ahora se acaba de mostrar los primeros signos que nos inducen a pensar que ha dejado de serlo”.

Según SECEM durante durante el primer sondeo nacional de nutria (1984-85) se sondearon la totalidad de los ríos alicantinos, sin encontrar rastro alguno de su presencia. Tanto es así que se descartó prospectarlos en el siguiente sondeo (1994-96). En el tercer sondeo (2004-06) se muestrearon 42 puntos en la provincia, de nuevo todos negativos.

Desde ANSE se indica que la nutria constituye un excelente ejemplo de la potencialidad biológica de los cauces del Sureste ibérico, por lo que “instamos a las Administraciones a que trabajen coordinadamente para recuperar y gestionar adecuadamente la biodiversidad asociada los sistemas fluviales”.

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