Tres “tesoros” de la Semana Santa de la Vega Baja casi desconocidos: Rafal, Guardamar y Rojales
TEXTO E. DE GEA
16-04-2014
Las supuestas grandes muestras de la Semana Santa de la Vega Baja y de la provincia vienen arrinconando desde hace décadas otros ejemplos de esta tradición religiosa y popular. Este es el caso de los municipios de Rafal, Guardamar del Segura y Rojales, algunos de cuyos actos son todo un verdadero tesoro secular, histórico y etnográfico. Pese a ello esta singularidad y valor apenas trasciende de los límites del propio municipio.
Las campañas de publicidad de muchas de las semanas santas más conocidas (la mayoría de veces a costa de talonario en medios de comunicación) son algunas de la causas que les han dado fama. Sin embargo otras manifestaciones apenas son conocidas.
Como ejemplo habría que citar Rafal. En este municipio el próximo Domingo de Resurrección tiene lugar el acto más entrañable y popular, la Procesión del Encuentro o de la “Graná” que data de al menos el siglo XVIII. Se trata de una “graná” de cartón piedra rellena de aleluyas (papelillos de colores) y pétalos de flores, suspendida de un arco, que se abre al amanecer del domingo, cuando la Virgen del Rosario ve a su hijo resucitado.
Respecto a Guardamar del Segura, en el siglo XVIII ya se celebraban las escenificaciones al aire libre del “Prendimiento”, “Conversión de la Samaritana” y “Calle de la Amargura”. Estas tradiciones son las que distinguen la Semana Santa del municipio.
En la noche del Lunes Santo, se escenifica “el Prendimiento”, a cargo de la Cofradía de la Oración de Jesús en el Huerto. El Paso de la Flagelación del Señor participa en las procesiones del Martes y Viernes Santo, y es la encargada de la segunda de las escenificaciones, el “Lavatorio de Pilatos” que tuvo lugar anoche. La tercera muestra de este teatro religioso tiene lugar el viernes Santo, con la escenificación de la Verónica.
Por otro lado, Rojales celebra todas las noches del Jueves Santo la subida al monte Calvario del Cristo y los dos ladrones, que se remonta al menos al siglo XIX, Este acto religioso, considerado como el más singular de la Semana Santa de Rojales, consiste en la subida de las Tres Cruces al monte Calvario a la medianoche del Jueves Santo. Las imágenes pasan toda la noche en lo alto del cerro, acompañados por los miembros de la Cofradía del Santísimo Cristo.