El potencial económico, social, medioambiental e histórico que constituye la huerta
tradicional del Bajo Segura vuelve a estar en peligro. El Gobierno central a través del ministerio de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) se han mostrado partidarios, aunque debe ser ratificado finalmente por la Junta de Gobierno de la CHS, de desviar 90 hectómetros cúbicos (hm3) de agua perteneciente al regadío tradicional, hacia los campos del Sindicato de regantes del acueducto Tajo-Segura (Scrats), tras la petición de estos últimos. Los 90 hm3 constituyen el 25% del agua embalsada en los pantanos de cabecera de la cuenca del Segura y significaría dejar en unos meses a la huerta sin agua para riego.
Los 17 juzgados de aguas y sindicatos de riegos de la huerta tradicional se han opuesto a la clara usurpación hídrica, mientras que la Junta de Hacendados de Murcia, también de regadío tradicional, han apoyado a la Vega Baja “de forma tibia” según fuentes consultadas.
El Gobierno murciano también apoya el desvío de aguas hacia el Scrats, mientras que el Gobierno Valenciano no se ha pronunciado .
Hasta el momento se han llevado a cabo dos reuniones con el objetivo de que el regadío tradicional firme un documento de sesión de agua. Pese a estar “gravemente afectado” por las medidas que se pretenden ejecutar, los regantes del Bajo Segura no fueron invitados al primer encuentro. Sí al segundo donde mostraron su disconformidad y frontal oposición a a las intenciones de trasvase de volúmenes hídricos.
En una reunión celebrada ayer en el Juzgado de Aguas de Orihuela, todos los representantes de los regantes reafirmaron su negativa a la usurpación de caudales, hecho que fue calificado como “robo aplicando artimañas dudosamente legales”.
El Scrats ya anunció hace unos días, ante la negativa del regadío tradicional, la presentación de un escrito en la CHS solicitando la aplicación de las medidas solicitadas y la convocatoria urgente de la Junta de Gobierno de la CHS para su debate.