Cambiemos Orihuela califica de “repugnante” que se mantenga cualquier tipo de reconocimiento honorifico al genocida, Francisco Franco
TEXTO E.D.G
ORIHUELA 09-01-2016
Cambiemos Orihuela califica de “repugnante” que se mantenga cualquier tipo de reconocimiento honorifico al máximo responsable y cabeza de una de las dictaduras más represivas y sanguinarias del siglo XX, Francisco Franco. Estos honores no sólo podrían vulnerar la ley de memoria histórica, también la ética más elemental al mantener el reconocimiento institucional al responsable de los crímenes de lesa humanidad más atroces de la historia reciente de España.
Desde nuestro grupo municipal hemos entrado en contacto con el tejido asociativo para tratar de elaborar una propuesta, conjunta y participada por la sociedad civil, ligada a la defensa de la Memoria Histórica. Uno de los objetivos comprende retirar cualquier distinción honorífica al dictador. Aun así, entendemos que los honores y distinciones merecen una profunda revisión, no se trata sólo de adaptarlos a la Ley de Memoria Histórica, sino a la justicia social y a los valores democráticos. Una cosa es asumir la pluralidad ideológica y la diversidad en las distinciones, lo cual puede ser enriquecedor, pero otra muy distinta es mezclar bajo honores similares la figura de Miguel Hernández con la del dictador que truncó su vida. Del mismo modo entendemos que es preciso revisar la presencia en esa “lista de honor” de gente de la calaña de Francisco Camps, Eduardo Zaplana o Rita Barberá; sujetos cuya labor ha sido contraria al interés de la mayoría social, siendo artífices de un modelo corrupto y al servicio de una oligarquía. Los honores han de ser para quien trabaja por el bien común y lo demuestra con sus actos.
Por último, intentaremos trabajar en propuesta, concretas para que, en el futuro, las distinciones puedan discutirse de forma participativa y puedan contar con la iniciativa y el impulso de la sociedad civil. No tiene sentido que, todavía hoy, figuras, como el Síndico, sean elegidas “a dedazo” por el alcalde de turno, llegando al punto de que, en numerosos casos, no se distingue a personas de consenso o de prestigio social, sino amigos, aliados políticos, o personas allegadas; lo cual vacía de contenido cualquier distinción.