La situación actual demuestra que la economía está por encima de la política , es decir, que los gobiernos, se encuentran sometidos al poder dictatorial de los intereses de los mercados así como de los grandes capitales y bancos. La situación actual también demuestra la deficiente gestión de los gobernantes, el endeudamiento público y la reducción notable de los servicios públicos esenciales o privatización de los mismos, produciéndose un encarecimiento del precio de este tipo de servicios. La hegemónica ideología neoliberal ha intentado e intenta hacernos creer que la gestión privada siempre es mejor que la gestión pública. Todo lo contrario, el Tribunal de Cuentas de España concluye en un informe que la gestión directa de los servicios públicos locales es más eficiente y más barata que la privada.
Como se ha demostrado, en la actual crisis los bancos públicos, al no tener como único objetivo maximizar su beneficio, sino también impulsar la actividad económica, evitan parcialmente que la crisis financiera se extienda a la economía real y que su capacidad para generar crédito, incluso en tiempos de crisis, es mayor. Muchas ciudades que habían privatizado sus sistemas públicos de agua o de recogida de residuos urbanos lo están volviendo a asumir o lo tienen previsto, ante el fracaso del servicio privado. Los hospitales con ánimo de lucro son más caros que los sin ánimo de lucro y los profesionales sanitarios tienen menor estabilidad laboral.
La Comunidad Valenciana junto a la de Madrid han sido el gran laboratorio de las privatizaciones favoreciendo el negocio de unos pocos con el patrimonio que es de todos. En todos los niveles de la administración política, las privatizaciones han servido como coladero, en las empresas adjudicatarias de trabajadores elegidos a dedo y cercanos a los partidos adjudicatarios.
Tras las elecciones del 24-M y el declive de los neoliberales del PP, ¿cambiará algo?; los servicios básicos de los ciudadanos ¿volverán a ser públicos?, ¿Volverá el poder a los ciudadanos a través de sus representantes elegidos de las urnas?, ¿se acabará con el monopolio y los abusos de las empresas suministradoras de energía eléctrica?. Y lo que es más importante, ¿se acabará con el poder ilegitimo de los que no son elegidos por los ciudadanos?.
Esperemos que sí, y que este camino continúe en las elecciones generales próximas. De lo contrario, los ciudadanos y ciudadanas seremos las víctimas de una nueva estafa democrática.
EDITORIAL/SÁBADO 06-06-2015
¿Recuperarán nuestros políticos el poder ilegitimo de mercados, grandes capitales y bancos?