Potenciar el turismo cultural, poner en valor los restos arqueológicos hallados bajo las arenas de las dunas pero sobre todo, investigar y conservar los yacimientos históricos de la Rábita Califal y de la ciudad amurallada Fenicio-púnica de “La Fonteta” son los objetivos del plan director redactado para estos enclaves arqueológicos “únicos en el mundo”.
Hoy se han dado los primeros pasos para lograr este objetivo. La alcaldesa de Guardamar, Carmen Verdú y la directora general de cultura de la Generalitat Valenciana, Marta Alonso, han presentado en Casa de Cultura el Proyecto del Centro de Interpretación de las Dunas de Guardamar . Y algo muy importante, para la ejecución de la primera fase ya se cuenta con un presupuesto de un millón de euros que la Generalitat Valenciana invertirá durante este año. “Los trabajos comenzarán el próximo verano tras la fase de contratación ahora en marcha”, anuncia Marta Alonso.
El Proyecto establece un programa de objetivos y actuaciones, con algunas intervenciones de urgencia, al tiempo que propone distintos itinerarios de visita, espacios susceptibles de musealización y actuaciones complementarias que faciliten la comprensión por parte de los visitantes. En este sentido, el proyecto propone la creación de un parque arqueológico de unos 23.000 m2, respetuoso con el medio natural de las Dunas de Guardamar en el que se encuentra integrado.
La alcaldesa de Guardamar, Carmen Verdú, calificó los dos yacimientos arqueológicos citados como “de gran importancia a nivel internacional”. De hecho, aseguró que ya forman parte de la ruta mediterránea fenicia. “Hoy, tras la redacción de plan director, se pone en marcha un proyecto que tendrá una gran incidencia en nuestro pueblo, tanto en el aspecto económico como en el turístico-cultural”
Las Dunas de Guardamar acogen entre otros, estos dos destacados asentamientos arqueológicos, la colonia portuaria fenicia de “La Fonteta” -siglos VIII-VI a.C.- y el establecimiento monástico islámico de La Rábita Califal de las Dunas -siglos IX-XI d.C.-, separados por casi dos mil años de antigüedad y una espesa capa de arena. La relevancia cultural, histórica y monumental de ambos los sitúa entre las ruinas más importantes en su género, no sólo de la península Ibérica, sino también de todo el mediterráneo occidental.