HAMBRES POPULARES. Por Rafael Moñino
HAMBRES POPULARES
Por Rafael Moñino
¿Qué quieres: cabeza, cola o centro?
(¿Qué clase de manjar ofrecemos:
besugo grande con queso dentro?)
No: una sardina que tenemos.
¿Quién irá hoy por el pan al horno?
-pregunta el padre con cierta sorna-.
¡Yo, yo, yo! –vocean en su entorno-.
Y es que, quien va, se come la torna.
Hijo, ¿ves al padre? –le preguntan
al niño a través de rebanada.
¡Ojalá no le viera! –le apuntan-,
pues papel parece por menguada.
Chusco de cebada, pan de ración,
de retortijones traicioneros,
y nadie duda su composición
viendo granos sin moler, enteros.
Pan de centeno, a veces solo;
otras de centeno y cornezuelo,
compacto, carente de alveolo,
de masa dura y oscuro velo.
Torta de maíz, mincho llamada,
cual dura pizarra de gramola;
otras, bollo: masa soflamada,
cruda por dentro; por fuera, bola.
Hormigones de guijas molidas
nutritivas sémolas hicieron.
Humildes boniatos, salvavidas
que por justo nombre recibieron.
Patatas asadas, y garrofas,
garbanzos, tocino y cañamones,
y hervidos de nabos con sus hojas
los vientres libraron de aguijones.